martes, 23 de noviembre de 2010

Señales de vida desde al más acá

Con feisbuk o sin feisbuk la vida sigue, y yo sigo vivito y coleando, aunque no lo crean. Lo que pasa es que estoy tratando de tomarme un añito sabático, pero ya me di cuenta de que no resulta, porque en Guatemala también se trabaja los sábados, más bien será un año dominguero (lero, lero), por eso no estoy escribiendo con regularidad, pero algún día volveré a las andadas y desandadas.

Por el momento les comparto este textín, que me pareció chilerón, lo escribió un patojo que anda necio con que le enseñe el arte del periodismo escrito, pero solo me hago el loco y no le enseño nada, porque yo no sé nada de ese rollo, ni de ningún otro, aunque por años haya tenido un taller literario.

La cosa es que el patojo se la lleva de periodista, lean y verán que no tiene nada que envidiarle a los que escriben en los medios de circulación masiva, ahí va la nota.

El ARCA de la Esperanza 2012
Algunas fuentes informan que después de ver la película “2012” el presidente dijo en voz alta, con esa voz nasal y con el particular acento en el que sobresale el sonido de las “jotas”: “Me recuerda mis últimos informes de gobierno”. Otras fuentes dicen que no vio la película, que fue porque estuvo gogleando en la noche, cuando su brujer se fue a dormir y por fin lo dejó tranquilo. Lo cierto es que el relacionista público de la presidencia filtró la noticia a los medios, la que ha corrido como reguero de pólvora, el boletín indica que el Estado de: “Guatebalas, cohetillos y bombas de feria”, decidió construir el ARCA para el 2012; agrega el documento que el presidente se sintió horrorizado porque la profecía dice que habrá un desplazamiento de la corteza terrestre y, guiado por la estrechez de su corteza cerebral, tomó la decisión.

El AJCA, como cariñosamente ya le llama el presidente, que significa según él mismo comenta: ARCA JANANA CONSTRUIDA ARTESANALMENTE, tendrá distintas áreas: una exclusiva para políticos prominentes, denominada sector 12. Otra estará dedicada a la gastronomía nacional, ahí se instalará una gran piedra de moler, rodeada de ollas de barro de Chinautla y la foto de Don Fede al fondo. Habrá platillos típicos, listos para consumir, y empacados al vacío; fiambre; costilla en recado de habas; y los dulces de doña Luisa Xicotencatl.

El área dispuesta para las "chamuscas" futboleras tendrá la forma de una Gallo bien fría, uno de los patrocinadores oficiales; será reforzada en la parte de arriba, por si llegan a entrar al arca futbolistas del calibre de “El Pando” Ramírez, los constructores temen que, como siempre le apunta para arriba, pueda dañar la estructura herméticamente sellada de la nave.

El área de abastecimientos será un espacio inmenso, bautizado provisionalmente con el creativo nombre de: "Comedor Solidario", estará identificado con un rótulo estampado en una manta vinílica, porque el presupuesto no alcanza para una “Gigantografía”. Si por algún motivo se diera un cambio de gobierno, el nombre será sustituido por: “Fusiles a las maras y frijolito de diciembre”. El tema fue discutido en las altas esferas del gobierno, quienes se encuentran preocupados por el color anaranjado, más conocido como el color de la sangre lavada después del enfrentamiento armado; se han dispuesto cientos de botes de pintura de tal color, por si acaso es necesario repintar la Nave, todo en concordancia a las estrategias camaleónicas, bastante populares en el país de la Eterna timadera.

El área de espectáculos tendrá conciertos de marimba pura, chirimía, Tun y Saxofón de Fidel Funes, aunque a él se le conozca por ser marimbero. La escuela de danza de Zoe Valdez casi tiene un boleto asegurado en el arca, para interpretar el baile del Gay moro, bailando en tubo; además del show de sanación, y otros trucos actuados por el gran imitador de Jesús, Cash Luna.

Otro de los entretenimientos a bordo será el show de Mónica Sarmientos, en donde se le verá cachimbeando, a puro violinazo, a don Cheyo, doña Rome y a Nelson Leal.

Se tiene planeado instalar miles de cafeteras y cientos de toneles, para que en el momento en que se declare: “¡Estamos salvados!”, pueda brindarse con el mejor café del mundo y la única cusha con muñeco.

No se sabe cuál será la ubicación exacta del arca. Posiblemente sea construida para que repose provisionalmente sobre las aguas del lago de Amatitlán.

Por otro lado, para darle seguimiento a la catástrofe, se tiene planeado colocar cámaras en los lugares más altos de la ciudad, como la Torre del Reformador, y aumentar el tamaño del árbol Gallo.

El brujo chamán de la boca del monte, especialista en temas mayenses, pronosticó que el cataclismo será el 21 de diciembre de 2012. Todos los partidos y candidatos a presidente están felices, porque, de ganar las elecciones, no tendrían que elaborar un programa de gobierno para cuatro años, pues con preparar un plan de los cien días estarían cubiertos.

El único temor del presidente es que el proyecto depende de la decisión del Congreso de la República, puesto que si el presupuesto del 2011 no es aprobado, el futuro del ARCA, o AJCA, quedaría comprometido, y de no ser reelecto el gobierno actual, la inversión en pintura y el tiempo de mano de obra retrasaría la construcción y acabados. Sin embargo, el Congreso ya abrió un fideicomiso, en un banco seguro, por si acaso hay que sobornar a alguien para tener acceso al ARCA.

Algunos diputados, más osados, están proponiendo que el nuevo edificio del Congreso de la República se construya en forma de ARCA, en la cima del cerro Alux; en ese caso, el problema sería para CONAP, pues tendría que invertir más recursos, para proteger al montón de animales que cohabitaría con los ya existentes en esa área protegida.

Otro tema que queda pendiente en agenda es el reforzamiento del control del RENAP, pues se teme que una gran cantidad de extranjeros, quienes han obtenido su cédula a base de contribuir para la feria de algún pueblo, puedan tener acceso al arca en detrimento de los connacionales.

La nota termina ahí, el patojo no quiso que le pusiera nombre, ni seudónimo, porque dice que no quiere quemarse, como todavía está aprendiendo.

Yo me desaparezco otros días, o quizá no, como ya saben soy un pajero y, ya lo dijo la Chimultrufia: Como digo una cosa digo otra.

Salú pue.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El transmetro, el transurbano, los buses rojos se extinguen, cambios en el centro histórico, mudanzas obligadas; todas aventuras urbanas de un viejo.

El centro histórico ha cambiado mucho en el último mes, principalmente porque de la sexta avenida ya no queda nada. Uno extraña esas cosas, las ventas digo, no es que me la pasara comprando todo el tiempo, pero saber que estaban ahí era un alivio, porque siempre que necesitaba algo solo daba unos pasos hacia la sexta y lo compraba; ahora hay que caminar hasta El Amate.

Pero es cuestión de acostumbrarse, a estas alturas ya me aprendí las nuevas rutas del trasporte urbano y he estado utilizando el Transmetro; si voy de prisa pues consigo un taxi, como dicen los brochas. El rollo no ha sido fácil, más porque soy un tipo acomodado a la rutina, aunque también soy de los que aprenden de las experiencias. Por ejemplo, el otro día me subí al Transmetro expreso, el que solo para en el Trébol y luego se va directo hasta el Cenma, me tocó que dar la vuelta completa, pero les aseguro que eso no vuelve a sucederme. Supongo que para entrar a la modernidad hay que sufrir un poco, la ciudad está pariendo la nueva era; eso sí, dios me libre de la posmodernidad, mejor ser viejo pasado de moda que patojo posmoderno.

Como soy rebelde y no me gusta hacer colas, menos ponerme a dar todos mis datos, no compré la tarjeta del Transurbano (miren pue, que chilero, ahora tenemos Transmetro y Transurbano), por lo que he seguido utilizando los buses rojos; pero las rutas han cambiado, o sea que un día de estos me veré obligado a conseguir una de esas tarjetitas, igual habrá gente que las estará revendiendo, o algún otro que la alquile, y no faltará quien quiera dejarla en garantía, diciendo: Mire usté, le dejo mi tarjeta, tiene Q8.00 todavía, deme Q5.00 y es suya.

Pero no solo la ciudad ha cambiado, también la blogósfera, ahora hay menos mara que anda fregando al prójimo y se quedaron publicando algunos pocos, nada más, los necios diría yo, o para decirlo más elegante, los que tenemos algo que decir (yo el pretencioso). Parece que la onda blog está extinguiéndose, aunque siempre surge uno que otro experimento grupal, gente que se toma muy en serio sus bitácoras. Yo soy un dinosaurio, pero a diferencia de mis antepasados, no me extingo, me adapto (otra vez yo el pretencioso).

El caso es que los cambios no paran, lo digo pues estoy inmerso en su vorágine (ya ven, también echo mano de los lugares más comunes). Verán, luego de las diferentes tormentas, de arena, de agua, y de más agua, el techo de la casa demostró su fragilidad. Algunas de las vigas, todas muy viejas, se desplazaron, lo que provocó que se abrieran unas cuantas goteras, luego otras, y otras, por lo que se hizo imposible seguir así, era como estar bajo la ducha todo el tiempo.

Resulta que la dueña de la casa tenía varios meses de estar solicitando autorización para remodelarla, y hace unas tres semanas, finalmente, le dieron el permiso. Papel en mano, se asomó a la puerta de cada uno de los inquilinos y nos dijo: Calabaza, calabaza, tenemos que desocupar la casa. Así es que desde entonces ando como judío herrante (no vayan a pensar que me confundí, es que tengo un cuate que se dedica a hacer puertas y balcones de metal y además es judío; el caso es que como no paga la renta tiene que andar de arriba para abajo a cada rato, y ya saben lo que dicen, herrar es de herreros), buscando en dónde meter mis escasas cositas y mis muchas mañas.

La primera semana estuve en San Lucas, pues la casa que me pusieron a cuidar para semana santa estaba libre, y mi amiga, tan linda ella, me la prestó; pero como soy un malagradecido, luego me aburrí del canto de los pájaros y mis pulmones comenzaron a extrañar el smog.

Hablé con el Adán, pero anda de padre y esposo fiel (no en la misma familia), buena onda aquel, pero no pudo darme posada. Para mi fortuna la gringa que el Beto se había conseguido se regresó a los USA, por lo que me dijo que en su casa había espacio. Como no soy un gorrón le dije que podía pagarle, que solo sería por unos días, en lo que encontraba un apartamento, otra vez, en la zona 1.

Hace unos días me mudé a uno que encontré cerca de la 17 calle. Está bien calidá, pero no sé si voy a estar mucho tiempo por ahí, todo es asunto de adaptarme al lugar.

Ya ven pue, sigo por estos lares, publicando de vez en cuando. Como dije, yo no desaparezco, me adapto, cosa que es paja, porque mientras todos se han mudado al feisbuk y al mentado tuiter; yo sigo bloguiando.

Salú pue.

jueves, 22 de julio de 2010

No iba para la feria, pero fui y, de nuevo, no me gustó; pero fui testigo del exabrupto de una diva

La feria del libro, la FILGUA, los puestos de venta de libros que ponen en el Parque de la Industria; las áreas que preparan para que poetas, poetos, escritoras y escritores echen el párrafo y la lectura; todo eso podría ser bien bonito, bien lindo, bien chilero pues; aunque quizá lo es, de repente lo que sucede es que, finalmente, la vejez ha hecho que pierda el gusto por las cosas que antes me gustaban, como diría Cantinflas. El caso es que esta vez, otra vez, dije que no iría a la feria, porque no estaba interesado en ir a ver más de lo mismo: libros caros y malos, lecturas repetidas, con la misma gente de siempre digo; y ¿saben qué?, si fui.

Venía del Trébol, en una camioneta de las que antes de llegar a la zona 1 pasan por la terminal. Cuando agarró la avenida La castellana reparé en que por ahí queda el Parque de la Industria, entonces me acordé de la feria; lo único que tenía que hacer era bajarme del bus, caminar una cuadra, pagar mis Q5.00 de la entrada y estaría en la feria del libro; entonces así lo hice; al rato ya andaba dando vueltas entre los puestos.

Por ahí me encontré con un cuatacho, aquel es buena onda, y muy famoso, por lo que todo mundo llega a saludarlo; además es muy políticamente correcto y tolerante, hace bien, pero eso mismo no le permite decir no cuando lo invitan a cualquier actividad, de ahí que me invitó a que lo acompañara a una lectura de poesía, a la que él había sido invitado minutos antes.

Entramos a un saloncito, ahí estaban unas poetas, cuatro eran ellas, sentadas en unos taburetes, descalzas, habían puesto unos petates para que quien quisiera se sentara cerca de ellas, y los que no, se podían sentar atrasito, siempre en el suelo. Se pusieron a leer su poesía, en turnos, sus textos eran alusivos a los cuatro elementos, así dijeron, bien lindas ellas. Escuché durante unos minutos, luego decidí que era suficiente, no quise seguir escuchando mala poesía leída por mujeres feas; no es cierto, hubiera querido elaborar esa frase, pero la poesía no era mala y ellas eran bonitas. Me salí de la lectura, mi cuate se quedó, él es un tipo muy considerado.

Me puse a husmear entre los stands, muchos libros, poca literatura, lo primero que uno se encuentra es el puesto en el que venden los libros en miniatura, como dice una mi amiga, bien guapa ella: los libros más pequeños del mundo son un éxito en Guatemala, una metáfora del tamaño de nuestra esperanza de salir del neolítico. Yo agregaría, que están justo al tamaño de nuestra cultura, me incluyo.

Me llamó la atención un cajero automático, me acerqué a verlo y ¿saben qué?, estaba abierto, o sea, el compartimiento en el que meten los billetes en cajitas, estaba abierto, como que lo habían forzado, la mara no le atina, se bailaron el dinero del cajero en plena feria del libro.

Más adelante encontré otros saloncitos, en el primero estaban haciendo la presentación de un libro. Un tipo estaba entrevistando a la autora, su técnica era bien chilera, denotaba una preparación tremenda, leía un párrafo del libro y la última frase la pronunciaba en forma de pregunta; la escritora se le quedaba viendo, al principio, y respondía con monosílabos; dos o tres preguntas después sucedió algo raro. Resulta que el tipo seguía preguntando, pero ella ya no respondió, ni siquiera volteaba a mirarlo, se quedó como indignada, fue una cosa muy extraña, ella parecía ofendida; entonces el entrevistador se puso a responder él mismo las preguntas, la autora no hace comentarios, decía. Fue muy extraño aquello, el entrevistador se esforzó por seguir con la entrevista, fue tolerante con la autora, pero tuvo que dar por terminado aquel acto infame ante la negativa de ella a responder.

Fue muy ridículo. No sé si es que ella trató de hacer quedar mal al entrevistador, como diciendo, no vale la pena que responda preguntas estúpidas; pero para mí que ella fue la quedó mal; a la gente no le gustó y varios se levantaron y se fueron, en ese momento ella retomó la compostura y se decidió a hablar; pero mejor se hubiera quedado callada. No conozco a la escritora, ni me preocupé por preguntar quién era, pero me parece que era una diva de las letras.

Di un par de vueltas más, por ahí me encontré a la famosa espía rusa Mayakuska, conversamos un rato y después nos despedimos; el cuatacho del principio apareció por ahí, luego volvió a desaparecer, también Mayakuska desapareció, sin sentirlo me quedé solo y mejor me fui.

La feria es lo mismo de siempre, otra vez me quedé sin ganas de volver, lo único bueno fue que compré una mi libra de café artesanal, que un poeta estaba vendiendo, él tiene un su stand en la feria, y entre piedras, revistas y libros, también vende café que él cultiva y muele en forma artesanal.

Salú pue.

lunes, 28 de junio de 2010

Los escritores y el fútbol, y de cómo su muerte puede influir en el resultado de la copa del mundo

Dicen los que saben, o los que creen saber, que el verdadero mundial empieza en los octavos de final. Claro que eso lo afirman aquellos comentaristas que narran, cuando un jugador le pasa la pelota a otro y este se la devuelve, más o menos así: Recepcionó el balón con buena técnica, pero la devolucionó fatal; son chistosos, ¿verdá? El caso es que el mundial inicia desde el mismo partido inaugural, no hay que darle más vueltas al asunto.

Como ven, no me pude abstraer del futbolito, el que debo confesar me gusta mucho; pero siempre lo relaciono con la literatura, y en estos tiempos esa relación se ha vuelto fundamental, al grado que se puede determinar quién puede ganar el campeonato mundial si se pone atención a lo que sucede en el mundo de las letras.

No lo descubrí solito, fue un hallazgo que hicimos entre el maestro Chepito King, más conocido como José Joaquín López, todo sucedió un día que estábamos chateando; voy a tratar de contarles el rollo, reproduciendo algunas líneas de la conversación.

Johan: ¿Qué pasó maestro, cómo le va?

Chepito: Bien, todo tranquilo, y usté ¿qué cuenta?

Johan: Nada nuevo, solo que se están muriendo los escritores, de dos en dos.

Chepito: Si, pero estuvo bueno, se muere Saramago y Portugal golea 7 a 0.

Johan: Mire que coincidencia, se muere Monsivais y México clasifica a octavos de final.

Chepito: Además le gano a Francia.

Johan: Quiere decir que para que Brasil sea campeón se tendría que morir Rubem Fonseca.

Chepito: A mí se me hace que si no se muere Sábato Argentina no es campeón.

Johan: Cierto, Sábato ya está viejito. Yo estaba pensando en que podía morirse Juan Gelman, para que Argentina llegara a semifinales, al menos; pero tiene razón, si se muere Sábato podrían ser campeones, siempre y cuando no se muera Rubem Fonseca, porque entonces si estaría reñido.

Chepito: O sea que puede haber final Brasil - Argentina, vio. Así que el autor que se muera dará la pauta de quién ganará.

Johan: Depende, entonces, de la salú de los escritores.

Chepito: Así es el fútbol, "no hay nada escrito", dicen los locutores.

Johan: Ahora que lo analizo, Uruguay también tiene posibilidades, ellos tienen a Eduardo Galeano, quien también ya está viejito, con el agregado de que sabe mucho de fútbol.

Chepito: “!Muerte a Galeano¡”, gritan los hinchas uruguayos.

Johan: Ya vio, por eso Guatemala ni siquiera clasifica, por falta de buenos escritores.
Chepito: Cierto, mire pues, quién iba a decirlo, la literatura es decisiva en el fútbol.

Johan: Comprobado.

Así seguimos por un buen rato, analizando las posibilidades de los equipos. El Maestro Chepito opinó que el Vasco Aguirre le iba a dar una manita a Argentina, para que pasara a cuartos, todo porque, según él, insistiría en seguir poniendo de titular al Guille Franco, y guardando a
Guardado. Para mí que la decisión de Aguirre tienen que ver con la personalidad, prefiere un Franco que un Guardado; aunque al final debe haber sucedido que Guardado le dijo, pienso yo: Mira Vasco, te lo digo francamente, a mí no me gusta quedarme guardado en la banca, o me pones o te toca el ocho; y resultó, porque lo terminó poniendo de titular, pero ya en el campo se notó que igual el fútbol lo dejó guardado.

Volviendo al rollo de los escritores, fíjense pue: México no tenía mayores posibilidades de pasar a cuartos, tendrían que haberse muerto antes del partido al menos tres escritores más, quizá Carlos Fuentes, Sergio Pitol, y ya de perdida Juan Villoro.

Alemania sigue avanzando, pero sus posibilidades reales de salir campeón tienen que ver con Herta Müller, pero ella todavía está muy joven, aparte de que le acaban de dar el Nobel, o sea que no llegarán más allá de cuartos; y aunque ella es de origen rumano, ya ven que en la selección alemana hay más extranjeros que alemanes.

Para que España gane se tendrían que morir todos los escritores que publican en Planeta, la editorial digo, aunque si mucho les alcanzaría para llegar a cuartos.

Inglaterra no clasificó, no recuerdo algún escritor de peso de por aquellos lares y Harold Pinter se murió en el 2008, su muerte ya no hizo efecto en Sudáfrica.

De los otros favoritos, a Holanda no le veo posibilidades, aunque también es cierto que no he leído escritores holandeses; de repente no tienen buenos escritores, quizá por eso nunca ganan la copa del mundo. En fin, que gran rollo este.

Para terminar debo decir que los portugueses aprovecharon mal la muerte de Saramago, porque se gastaron todos los goles contra los coreanos, hubieran anotado de dos en dos mejor.

Salú pue.

miércoles, 23 de junio de 2010

Me duele la muerte de los inmortales

La semana pasada se murieron dos escritores y a mí no me gusta que se mueran los escritores; no es que la demás gente se pueda morir, en realidad no me gusta que se muera nadie, pero cuando se trata de alguien que escribe me da una especie de dolor muy doloroso. Es que son tan pocos los que tienen la sensibilidad para decir las cosas por escrito, que cuando alguno se muere queda el vacío, valga el lugar común.

Primero se fue Saramago, con quien nunca he tenido una buena relación, me refiero a sus libros, porque a él apenas lo he visto en fotos. Hace años vino a Guatemala, a presentar un libro, fue allá en Antigua, se sentó frente al público y dijo: Les presento mi libro; bueno, no fue así, lo cierto es que ni siquiera fui a ese acto, no me interesaba conocerlo; bueno, no fue eso, no recuerdo el motivo, debe haber sido que me dio hueva, es lo más seguro.

Nunca he podido leer un libro completo de Saramago, su prosa me parece fría, ¿tendrá que ver con que me gusta meter los libros al refrigerador antes de leerlos? Es paja, no hago eso, cómo se les ocurre; pero como me dijo un cuate: Si antes te parecían fríos sus textos, ahora lo serán más, pues él ya está frío, la mara no le atina. Quizá esa frialdad se deba a la traducción, pero Saramago tuvo la culpa, porque siempre puso a su esposa a que le tradujera.

No tiene importancia que a mí no me gusten los libros de Saramago, les juro que intenté leer varios, tres de ellos los dejé a la mitá, o sea que en mi intento, de tres leí uno y medio. El caso es que el viejo era y seguirá siendo venerado por muchos, y nadie podrá escribir como él.

Todavía estaba uno conversando acerca de la muerte del portugués, cuando llegó la noticia de la muerte de Carlos Monsivais, no me gusta que se mueran los escritores, ya lo dije, pero me gustó menos que se muriera Carlos Monsivais, no puede ser, dos en fila, eso ya es demasiado.

A Monsivais si lo vi una vez en persona, en la feria del libro, el tipo habló y habló de la cultura mexicana y de cómo José Alfredo Jiménez era el papá de la cultura pop mexicana, y recitaba todas las canciones de José Alfredo; y mencionaba un autor cualquiera, y recitaba poemas y textos del aludido; y luego alguien del público le dijo que no era así, que el papá de la cultura pop era Juan Gabriel, y Monsivais, de forma muy amable, lo refutó, diciéndole que el Juanga también era bueno, pero que por favor no fuera tan estúpido de compararlo con José Alfredo; claro que él no lo dijo así, esa fue mi interpretación; la cosa es que era tal la forma de responder que al final eso fue lo que le dijo al preguntón, en otras palabras eso sí.

Fue la única vez que lo escuché hablar en persona, pero lo vi muchas veces cuando lo entrevistaban en la televisión mexicana. Tenía tal erudición para la cultura popular, una vez lo escuché hablando de la lucha libre y los luchadores y explicó por qué han influido tanto en los mexicanos.

No tenía la densidad de Octavio Paz y su Laberinto de la soledad, pero era un sabio ese viejo, Monsivais digo, Paz también, pero ahora hablo de Monsivais; se murió y no lo podía creer cuando me lo contaron, no porque el tipo haya sido un inmortal, no lo podía creer porque apenas hace un día se había ido Saramago y, repito, no me gusta que se mueran los escritores, menos los de ese calibre, nadie ocupará esos lugares, nadie.

No quiero ser malo, pero si tiene que morirse un tercero, que sea Dan Brown, Coelho, J.K. Rowling, o algún otro de esa calaña.

En paz descansen Saramago y Monsivais.

Salú pue.

jueves, 10 de junio de 2010

Después de la tormenta limpiamos y escuchamos a Sergio Mendes, algo así como los locos de la colina

Hace unos días, cuando todo mundo andaba diciendo que el Apocalipsis había llegado a Guatemala yo dije Naaaaa, y tenía razón, no sobrevino el final, pero casi. Llovió arena y agua maestros y maestras; se abrió un agujero, en la zona 2, que se tragó una casa entera; las calles de la ciudad quedaron negras y varias de las principales carreteras del país se destruyeron; muchos puentes se cayeron, fue tremendo desastre. Casi quince días después de que el Pacaya y Agatha hicieran de las suyas, la gente todavía anda medio surumba, esquivando volcanes de arena en las calles, aunque lentamente todo va volviendo a la normalidad.

Después se hizo una calma chicha (así le dicen los marinos), no se movía ni una hoja, entonces los vecinos decidieron poner manos a la obra en la limpieza y me involucraron en el rollo; a la dueña de la casa, su hija, yerno y demás familiares, les entró la conciencia y ni modo que me hiciera el loco con la arena; por otro lado, las láminas del techo podían desplomarse, por el peso.

El domingo después del paso de Agatha el clima todavía amaneció medio raro, pero la gente estaba animada, quizá felices de estar vivos. Se subieron a limpiar los techos, llenaron un montón de bolsas, como eran de plástico, como las que se utilizan para la basura, varias se rompieron al cargarlas; pesa mucho esa arena, a saber qué cantidad de metales tiene, ahora entiendo por qué le quieren sacar el hierro y dejar desnudas las playas.

Un vecino trajo su equipo de sonido, para alegrar lo que parecía una fiesta de la buena vecindad, la dueña de la casa se entusiasmó tanto que hasta fue a comprar chorizos y se puso a asarlos en una churrasquera chiquitía. Me acordé que tenía un disco de Sergio Mendes, que me pareció como anillo al dedo, ya saben, esa música es easy listening —como ahora está la moda de andar poniendo expresiones en inglés— animada y las voces de las chicas son dulces y se meten en la cabeza; además, la Bossa hace que uno quiera moverse. Le di el disco al DJ y lo puso, aunque antes lo revisó como quien mira algo viejo, no a mí, al disco, ya ven que ahora todos utilizan Ipod y esas cositas USB. Mais que nada empezó a sonar, los patojos la identificaron como algo que canta un grupo moderno, dijeron el nombre, pero no les puse atención.

Con música, chelitas y compañía, la limpieza parecía más una fiesta callejera que la reacción a un desastre o una emergencia. Algunas de las canciones gustaron más a los patojos, otras dijeron que eran para viejos. La que de verdá pegó fue Fool On The Hill, la vieja canción de Los Beatles, que Sergio Mendes convirtió en Bossa Nova. La versión original habla de un loco que oye voces y nadie lo quiere, un poco tétrica, pero a ritmo de Bossa, voces de chicas a las que uno se imagina en bikini y abrazando una guitarra, resulta relajante; aunque el hombre en la colina siga viendo como el mundo gira y escuchando voces que a saber de dónde vienen; ya me puse filosófico.

La música quedó perfecta para el nublado día, las cervezas y las tortillas con chorizo hicieron juego con la falsa playa. La mara le dio duro a la limpieza, yo también, no crean que soy gorrón; al rato estábamos como que nada hubiera pasado, maquillaje para un día post-desastre.

Salú pue.

viernes, 28 de mayo de 2010

El volcán se llama Pacaya, pero escupe arena; la ciudad cubierta de negro, algunos muertos, unas recomendaciones; ¿Apocalipsis ya? Naaa

Cuando mi hija, quien ahora vive en Londres, era pequeña, asombrada por la cantidad de volcanes que hay en Guatemala, los señalaba y preguntaba: ¿Y ese volcán cómo se llama? Yo le decía: “Ese hija mía, le dicen volcán de fuego, porque escupe fuego”. Luego decía: ¿Y ese de allá? mientras señalaba el cono perfecto, bien chilero que es, del volcán de Agua; entonces yo respondía: "Es el volcán de agua, dicen que en una ocasión tiró agua, mucha agua, con la que inundó la capital de Guatemala". Cuando señaló ese volcán que toda la vida se mantiene escurriendo lava le dije que se llamaba Pacaya, a lo que dijo: Ah, hubiera sido de elotes, porque las pacayas no me gustan.

Les cuento la anécdota porque me acordé ahora que el volcán está haciendo de las suyas; ya ven que la mara rápido se pone a decir que son señales del fin del mundo, que se abrió el primer sello, que Nostradamus lo predijo, que no sé qué tantas otras cosas, por eso yo mejor hago la siguiente convocatoria.

A todos los pastores religiosos, sacerdotes mayas, sacerdotes católicos, rabinos, brujos, chamanes, imanes, y todo aquel que se sienta en capacidad de invocar a un dios propio o ajeno, para que se unan y entre todos se pongan a recoger la arena que ha cubierto la capital y lugares circunvecinos.

¿Qué pensaron? Que iba a decirles que unieran sus rezos y oraciones para pedir que cese la lluvia de arena y ceniza, bueno si quieren hacerlo no los detengo, cada quien con sus creencias, pero primero recojan arena.

Por de pronto les digo que esto no es el Apocalipsis, aunque qué se yo de profecías ni nada de eso; lo que pasa es que no me gusta ser alarmista; eso sí, tampoco hay que ser tan confiados, algunas precauciones hay que tomar; por ejemplo, si sale a la calle póngase un gorrito; si bebe no maneje, menos ahora que no se mira; si las plumillas de su vehículo no sirven, tampoco salga, es mucho tentar a la suerte; si tiene que hacer un su mandado, y tiene que ir a pie, no se ponga zapatos abiertos; no use lentes de contacto, pero si no los usa mejor quédese en su casa, porque de seguro se tropezará con algo y se puede romper algún hueso; por mucho que la calle se parezca a la playa no salga en traje de baño, a menos que sea usté mujer y que tenga algo bueno que enseñar; si tenía programada una excursión al volcán, cancélela y no me pida que le explique por qué; dicen que la arena que ha caído sirve de abono, pero no vaya a querer abonar sus visacuotas con ella; las bajadas de agua y las reposaderas se pueden tapar, eso hay que evitarlo, pero no les ponga nada encima porque entonces se va a inundar.

Si la emergencia persiste les daré otras recomendaciones, por el momento es todo; sucede que desde hace una media hora la luz brilla por su ausencia, y la carga del UPS se terminó; o sea, tengo que apagar la computadora.

Recuerden, hemos visto tantas cosas raras en este país, de hecho ya cayó arena volcánica en 1998, pero ahora fue superada porque vino acompañada por el aguacero (palabra contradictoria agua-cero), queda lamentar los muertos, los heridos y los damnificados.

Que el fin del mundo nos agarre confesados, aquí abajito pueden dar sus
recomendaciones y dejar sus confesiones.

Salú pue.

jueves, 20 de mayo de 2010

La fisioterapia, la media maratón de Cobán; correr es un ejercicio bonito, pero ya les dije que no soy keniano

Voy a contarles una historia que les parecerá de lo más pajero que he contado, pero todo es puro cierto, no vayan a poner cara de duda cuando la estén leyendo, confío en que dos o tres pasen por acá, ahí les va.

La fisioterapista que me está tratando lo del pie (de cuando lo metí en la cubeta y terminé en el hospital), tuvo la idea de ponerme a trotar, insistió en que sería conveniente un poco de ejercicio para fortalecer no solo el pie lesionado, también el resto de mi cuerpecito.

Decidido a portarme bien, para que luego no me regañen, me levanté temprano, tampoco de madrugada, y me dirigí al parque Morazán, para correr de ahí para el hipódromo, ir y venir unas tres veces, ya ven que esa calzada es de las pocas que quedan con árboles, se supone que el aire es más sano.

Bien bonito ir a trotar por ese lado, pude ver a unas señoras, amas de casa la mayoría, que se juntan para hacer ejercicio en grupo. Cuando vieron que estaba solo, me invitaron a unirme a ellas, que por seguridad era recomendable dijeron; andaban cada una con un palo, a la vez que les servía para ejercitar los brazos, lo utilizaban para espantar perros y otros perros.

Al rato me encontré con una patoja, mi conocida ella, se puso a trotar a la par mía y entre plática y plática dijo: Mire don Johan, por que no va a correr a la Mariano (la universidad), al estadio, es que aquí le pueden dar un buen susto, lo pueden asaltar pues.

Como ando en plan de dejarme aconsejar, al otro día troté hacia la Mariano, hasta después caí en la cuenta que lo que la patoja quería era que no invadiera su espacio, me sentí herido, pero luego me peló.

Después de varios días, conocí a una marita, estaban entrenando para ir a correr la media maratón de Cobán, entre todos se pusieron a darme cuerda para que me fuera con ellos. Sabedor que no daría la talla, trotar está bien, pero correr veintiún kilómetros es otro rollo, les di mil excusas. El caso es que se neciaron tanto que no sé ni como me convencieron; así es que paré corriendo en Cobán.

El viaje estuvo chilero, pasamos a comer al rancho, compramos pan en Tactic y como a las cinco de la tarde del sábado llegamos a Cobán. El ambiente era de feria. Los participantes extranjeros estaban desfilando, había música y bebida en las calles; cuando llegamos al parque el grupo se dispersó, uno de ellos dijo: A las ocho nos vamos para el hotel, nos juntamos en el kiosko. Ajá, pensé, de plano se refiere a ese que parece platillo volador, aunque también es como una porta viandas de dos pisos.

Me quedé novelereando por ahí, en eso unas patojas me hablaron y en tono de ruego pidieron que me tomara unas fotos con ellas, pensaron que yo era keniano, no quise sacarlas de su error y aproveché para sujetar un par de cinturitas y zaz que sacaron las fotos.

El tiempo pasó rápido, dieron las ocho y nos fuimos a dormir; el hospedaje era un búngalo que alquilan todos los años; ahí nos quedamos desparramados, en pequeñas camas y colchones inflables; yo me quedé en una esquina, hecho un nudito.

Después del desayuno, nos preparamos para ir a calentar un poco al parque. Me puse la pantaloneta, una playera, tenis, por supuesto; ellos se armaron con cinturones, como los que se ponen los que cargan pistola, solo que en lugar de balas llevaban botellas de Gatorade.

Que gentío maestros y maestras, aquello era un mar de gente, valga el lugar común; de todo había: chiquitos, grandes, viejos, niños, señoras, patojas, no videntes con sus guías, gordos, flacos; en fin, variedad de variedades, todo es variedad. En una de esas un señor me jaló del brazo y me dijo: Véngase conmigo, los kenianos van hasta adelante. A duras penas logré convencerlo de que era más chapín que él.

La carrera empezó, me hice el arrecho y mantuve el paso por unos minutos, pero antes de salir del pueblo ya iba con la lengua de fuera, así que dejé avanzar a todos y traté de correr a mi ritmo, o sea lento, casi caminando; no había terminado de salir cuando los kenianos ya venían de regreso, parecían gacelas, pero negras, cada zancada que daban era de más de dos metros.

Al salir del pueblo venía una subida, luego una bajada, de nuevo subir, otra vez bajar, dar vuelta aquí, otra vuelta allá, lo único que hacía era tratar de mantenerme respirando. Pasaron los cieguitos, los que iban en silla de ruedas, levantaba la vista y solo miraba la espalda de los que me rebasaban; a todo eso había pasado más de una hora, los kenianos de seguro habrían llegado ya a la meta.

Así y todo pude regresar, todavía con vida, la gente me aplaudía; ánimo Johan", escuché que gritaron; púchica, dije yo, cómo supieron mi nombre, entonces recordé que lo llevaba impreso en la parte de atrás de la camisa.

Una patoja me regaló un Gatorade, le pregunté cuánto faltaba, como ocho kilómetros me dijo, fue ahí que pensé, ya no gracias. Bajé el paso; es decir, de caminar pasé a quedarme casi parado, esperé a la ambulancia y les pedí jalón, ya no puedo les dije.

Los bomberos se pusieron chistosos, matándose de la risa me preguntaron: ¿Y qué le pasó?, ya vio que sus compatriotas hace rato que llegaron, hasta ya cobraron el cheque del premio; tuve que volver a explicar que no era keniano.

Así terminó mi aventura cobanera, me dejaron en el parque, busqué a la marita con la que llegué, me hice el loco, no quise contar que tuve que pedir jalón.

Ahora sigo entrenando, a ver si el próximo año logro terminar.

Salú pue.

lunes, 17 de mayo de 2010

Apuntes sobre un loco que juega al fútbol

El Diego Iespien, ese patojo que se empeña en ser cronista deportivo, pero dice que no le atrae ingresar a trabajar a ningún medio local porque todos son unos mediocres, que no saben como hacer una buena reseña de los eventos deportivos, que solo se concretan a dar la noticia, sin esforzarse para ver los detalles, menos para escribirlos; pues ese patojo, cada tanto tiempo me trae alguna de las notas que escribe y que nunca publica, aunque yo le he dicho que abra un su blog, pero él me dice que ya nadie lee blogs, a lo que yo le digo que tiene razón, pero que más de alguno lo leerá. El caso es que el Dieguito se contradice, porque afirma que ya nadie lee blogs, pero me pide que le publique sus notas en el mío, y como no tengo problema con eso, le digo que está bueno.

Entonces maestros y maestras, a continuación les reproduzco una nota del pibe, dirían los argentinos, que escribió sobre el jugador que más polémica genera en este país que, entre otros sufrimientos, también sufre el fútbol.

El loco
La pelota toca su zapato y, de inmediato, una descarga de electricidad sube por todo su cuerpo. La carrera comienza más o menos delante de la línea que divide el campo, se sabe que atrás quedarán algunos rivales, pero no se sabe en dónde terminará la pelota; puede ser que siga pegada a su pie, durante veinte o treinta metros y que luego sea pateada, queriendo hacer un centro al área, para terminar en el fondo del estadio, de la manera más infame; o puede ser que haga una pared, que se la devuelvan, que drible un par de defensas más y que el centro salga perfecto, entonces termina moviendo la red; otras veces él mismo la empuja al fondo de la portería, luego se viene la celebración y la descarga de adrenalina hace que el rostro se le desfigure, por el grito de gol, infunde miedo, pero es imposible no celebrar con él.

Era el año 2002 cuando, vestido con el uniforme de la Universidad de San Carlos, corrió sin mirar quién lo perseguía, en tal estado de inconciencia que medio equipo crema quedó apilado detrás, fue gol. El siguiente campeonato Comunicaciones se aseguró de que no volviera a suceder lo mismo, terminó contratando al jugador.

Nadie debería recordar el accidente que le cambió la vida, pero los fanáticos que no entienden el fútbol se empeñan en culparlo. Intentó pasar la página emigrando, no pudo mantenerse en el extranjero; su regreso fue traumático, los rojos, que lo habían comprado, se empeñaron en alinearlo, aunque su rendimiento fuera bajo, en aquel entonces.

Después de: varias temporadas; incontables corridas; infinidad de centros errados; cualquier cantidad de tiros al marco, sin dirección la mayoría; buen número de goles, muchos de ellos importantes; insultos soportados, lesiones, ausencias obligadas y varios entrenadores, El loco llevó a Los rojos a otro título, (Por supuesto, también fueron importantes: Penedo, Chalito, El chejo, JJ, y todos los demás). Marcó goles, dio asistencias, corrió como ninguno; falló más que cualquiera, incluyendo un penal que nadie lo puso a patear, pero su presencia fue fundamental.

Diego Iespien

Como ya lo he dicho antes, el Diego se emociona, yo no soy mucho de opinar de fútbol, pero si me gusta verlo y dimensionarlo como el fenómemo antropólogico que es.

Salú pue.

jueves, 6 de mayo de 2010

Me publicaron un cuento, aunque no es la primera vez (arrogante que soy), se siente chilero, y una profecía cumplida.

Hace unos días, el domingo 2 de mayo para ser exactos, publicaron un mi cuentito en el Magacín, la revista que sale los domingos en el Siglo XXI, buena onda el maestro Escobar, el patojo que edita la publicación; el caso es que se siente bien chilero ver un texto propio en algún medio escrito; aunque ya me ha sucedido varias veces, se me sube el ego cuando pasa.

El rollo es que siempre hay algún cuate que lo lee a uno, aunque sea en domingo, y luego mandan felicitaciones por la publicación, noveleros que son, como mi amigo Joel; ahora les cuento algo de él.

Tengo años de no verlo, desde que dejé de ir a los eventos del Profe Pedrito, fue precisamente ahí en donde lo conocí, como ya no he ido a San Narcos, digo San Marcos, desde que el Profe murió.

Joel es fiel discipulo del profe, siempre organizando actividades culturales y deportivas; aunque no estoy enterado si sigue haciendo sus festivales de poesía o la salutación a la reina del pueblo, pero es buen patojo (ya no es tan patojo pues, pero así me expreso yo), y de tanto en tanto me escribe un correo electrónico, en los que se puede notar que es de otra época, porque no escribe correos, él escribe cartas, solo que las manda por computadora.

Precisamente ayer recibí un correo de Joel, no dice que leyó el cuento en Siglo XXI, ni que me felicita por lo del conversatorio que hicimos con los patojos de la Marro; la cosa es que me escribió algo que quiero compartirles, ahí les va:

Johan, te acordás que hace años, cuando platicábamos con Pedro siempre salía el tema de los nuevos escritores guatemaltecos, y de lo difícil que era, si no imposible, que alguno se abriera espacio en la literatura mundial (toda la vida hablando pajas nosotros), entonces mencionábamos a Asturias y a Monterroso; resultó que el montón de escritores de aquella época tenían más pose que fuerza, y la pose se desgasta, se acaba; así fue que nos llenamos de escritores y escritoras que solo figuraron en los cocteles, que se conformaron con aplaudirse los unos a los otros, con hacer mesas redondas, lecturas y congresos, en los que participaban los mismos; publicaron sus libritos y se repartieron los premios, pero nunca llegaron a pesar en la literatura. En aquel entonces yo te decía que no había esperanza para la literatura, que su porvenir se veía muy negro.

Tantos años después, treinta o treinta y cinco, vengo a darme cuenta que yo tenía razón, así sucedió, no pasó nada, y lo peor es que el panorama sigue igual; los escritores de ahora tienen las misma prácticas, por lo que sigo viendo muy negro el porvenir de las letras nacionales
.

Joel suele ponerse solemne, y se las da de profeta, además es muy exagerado, yo creo que algo se ha hecho, no se mira pero estoy seguro que ahí está.

Por mi parte, en algo le doy la razón, cuando hablaba del porvenir, ahí si que la profecía se cumplió, él dijo que miraba un negro por venir en la literatura, y ya ven, aquí estoy yo, un negro literario en la literatura chapina.

Salú pue.

lunes, 26 de abril de 2010

De cómo estaba pasando el rato en el parque central y casi termino convertido en asesor político, que “eggs”.

En este mundo, con solo hablar un poco de pajas uno se va haciendo fama de conocedor, aunque en mi caso mi fama no pasa de pajero.

Hace poco salió a luz que un periodista italiano publicó un puño de entrevistas falsas; según dicen el tal Tommaso Debenedetti se inventó que había conversado con un montón de premios Nobel. Pensé que había perdido el primer lugar mundial, que orgullosamente ostento, en el tema de hablar pajas; me asusté maestros y maestras, porque de pronto descubrí que hay mara más pajera que yo; luego un incidente vino a convencerme de lo contrario, ahora puedo decir que, al menos en este país, estoy en el primerísimo lugar del pajerismo, ahí les va la anécdota.

El otro día estaba sentado en una banca del parque central, bueno no hay bancas ahí donde yo estaba, pero uno se puede sentar en la orilla de las jardineras, creo que así les dicen a los espacios en los que hay plantas; el rollo es que al rato llegó un sujeto a saludarme, estaba vestido de traje, sin corbata, con los zapatos recien lustrados, pelo envaselinado con moco de gorila, puro guarura parecía, se presentó y dijo que nos conocíamos; pues fíjense que resultó que sí lo conocía, pero no fue por casualidad que llegó a saludar, ahora les cuento.

Después de su corto saludo y de explicarme cómo me había encontrado, pasó a lo siguiente: Mire Johan, trabajo con una Doña que quiere lanzarse a un cargo de elección popular, ella ha leído su blog, yo también, por lo que pensamos que siendo usted tan pajero es la persona idónea para escribirle discursos y ayudarle a hacer un plan de incidencia.

Yo siempre he sido alérgico a cualquier cosa que tenga que ver con política partidaria, más en este país, no hace falta decir que aquí todo eso está tan desacreditado; pero por pura cortesía escuché todo lo que tenía que decir antes de replicarle que le agradecía mucho su interés, pero tanto él como la doña estaban equivocados, que aquello no era buena idea.

El tipo era efusivo, pintoresco y, sobre todo, necio, así fue que, sin hacer caso de lo que dije, me propuso que hablara con ella: Mire Johan, cabal el 24 (o sea el sábado que pasó) hay una reunión en Escuintla, ella va a estar ahí, yo pasó por usted a su casa, lo llevo, le habla y mira si le conviene el negocio; puse mil pretextos, pero él maestro no aceptó un no como respuesta.

Después de un buen rato de estarme negando firmemente se quedó viéndome a los ojos y dijo: Johan, si usted no va nos va a ir muy mal a los dos, mientras hablaba se metió la mano en el saco, como quien alivia una picazón en la axila, o como quien busca algo. Ya cansado del tema, y con la duda de qué estaría buscando entre el sobaco, finalmente, le dije que estaba bien, que iría.

Me explicó que se trataba de una reunión llamada: Apoyando a la gente o algo así, iba a ser en Escuintla, a las nueve de la mañana, que él iba a darme una acreditación para que no tuviera problemas en la entrada.

El sábado me levanté temprano y me fuí al parque, tampoco quería decirle donde vivía, aunque supuse que si me había encontrado lo más seguro es que también supiera en donde vivía.

Unos minutos antes de las nueve ingresamos al centro deportivo, todo estaba preparado para la reunión, pantallas gigantes, decoración bien chilera, gente ya sentada en la mesa principal, para mi sorpresa resultó que eran ministros y funcionarios del gobierno; me senté en una esquina, desde donde todo se miraba bien calidá; al rato se aparecieron la presidenta y el primer damo; no, al revés, la primera dama y el presidente y la reunión dio inicio.

Estuve a punto de retirarme, luego pensé que podría estar interesante, de cualquier forma la famosa doña no aparecía. Así fue pasando el tiempo, un discurso por aquí, otro por allá, de repente repartían botellas con agua, sin etiqueta; al rato pasaban bandejitas con un croissant y un juguito, a los de la mesa los trataban mejor; claro, ahí estaban el presidente y su señora, aunque no era mucho más: vasos con hielo, refrescos, sánduches y cositas por el estilo. Nada interesante hubo en los discursos, lo más anecdótico fue el beso, como de telenovela, que la primera dama dio a su pareja, después que terminó de hablar, todas las cámaras los enfocaron y aparecieron en las pantallas gigantes.

La gente parecía conforme, pero insisto, pocas cosas que mencionar: alguien que trataba de entregar una carta; un patojo que hizo un discurso floreadito, bien lindo habló; una doñita que dijo: ya no queremos más cursos de cocina y repostería, ya sabemos ser amas de casa y no queremos más de esos cursos; queremos formación política, que nos den espacios. Un militar que estaba a la par mía dijo, medio susurrando: Y entonces, ¿quién hará el trabajo de la casa?.

En esas estaba cuando sentí una mano en el hombro, era el cuate que me llevó: Véngase conmigo, vamos al parqueo, ahí está la Doña.

Me fui detrás de él, ahí estaba una señora chiquitía y gordita, según me informó el fulano, ella era la mano derecha del gobernador, iban a lanzarla para optar a una curul en el congreso; me extendió la mano, y con algo de pena dijo: Johan, siento haberlo hecho venir por gusto, la verdad es que las cosas cambiaron un poquito, parece que a las mujeres que se suponía votarían por mi no les gustaron los cursos que les dimos; la gente del partido se enojó conmigo, acaban de decirme que por el momento no voy en la lista.

Suspiré aliviado, me compadecí de ella, de verdá que si, le dije que no se preocupara, que estaba a la orden, me despedí y me vine de regreso en camioneta, no quise saber más del tipo de traje.

Salú pue.

lunes, 5 de abril de 2010

De cómo quise escapar de las procesiones y paré convertido en el mejor amigo del perro, pero fui mal amigo.

Ya les he comentado el sitio que sufre el centro histórico por estas fechas. Las procesiones, los penitentes, y todos los que no se fueron a la playa, o al interior, se adueñan de las calles, y los que vivimos por acá quedamos atrapados; bien lindo todo.

Tengo rato de no escribir sobre el centro histórico, mejor se lo dejo a la Miss Trudy, ella si que se toma su tiempo y lo hace bien chilero.

El caso es que este año pensé en escapar del centro y buscar un espacio en donde el tachín, tachín de las bandas no se escuchara, así poder leer, reflexionar, y escribir un poco.

El Adán, tan listo él, me salió con el rollo de ir al puerto de San José, utilizando los buses solidarios, esos que el gobierno puso para toda la mara y que solo se los llevaron y no se los trajeron. En su onda él decía que aquello sería una experiencia antropológica y que de ahí se podría sacar mucho para escribir. En realidad lo que quería era ahorrarse el pasaje, de él y de la novia; pero la patoja no cayó, ella le dijo que no era buena idea, porque las playas estarían infestadas de alimañas, sus palabras fueron: Mirá vos, en esta época hay muchos cacaimanes, pipirañas y popodrilos flotando en la playa; se negó a ir en esas condiciones y lo obligó a gastar algo de los ahorros, pues consiguió un chalet con playa privada. Me invitaron a ir con ellos, pero no quise.

Pensé en acompañarlos, pero no me gusta el sol, no porque vaya a quemarme, recuerden que mi piel es oscura y soporta bien el clima al aire libre. Les aseguro que estuve a punto de ir, al final pudo más mi resistencia a cocinarme a fuego lento en la playa.

Luego de ver la procesión de la reseña decidí que tenía que huir, no importaba a dónde, parece que este año las procesiones crecieron y ocuparon más espacio.

En escapar estaba pensando, mientras caminaba eludiendo a la gente, cuando me encontré a una amiga vieja o vieja amiga, quien andaba de visita, viendo una su procesión; ella vive en un sector medio despoblado, por el cerro Alux. Saludó y sin decir agua va, me soltó: Johan, estoy desesperada, no me recibieron al perro en el hotel canino y eso me va a botar las vacaciones, no lo puedo dejar solo, el perro es de pedigrí y si se queda sin compañía se muere el pobrecito.

Le sugerí que le dejara una cubeta llena de comida y un su cuchumbo con agua, pero ella seguía: Es que no funciona así Johan, es un animal con sentimientos, ojalá consiguiera a alguien que quisiera quedarse en la casa.

De pronto tuve una epifanía, una revelación, una idea pues; recordé que la casa de la doñita queda en medio de un precioso bosque, bastante alejada del mundanal ruido; es una casa pequeña, con tremendo jardín, nada de condominios, así es que me ofrecí a cuidar al chucho. Me lo agradeció desde lo más profundo, dijo que había internet inalámbrico, que podía usar todo en la casa, que dejaría llena la refri, que me la iba a pasar calidá. De plano que quiere mucho a su perro dije yo.

Llegué el jueves temprano, ella y su familia se afanaban en acomodar sus cosas en el auto, para salir. Me invitaron a pasar, me enseñaron la habitación (un estudio con una cama plegable), entré, puse mis cosas en un pequeño closet, quise saludar, pero cuando salí ya no había nadie, se fueron; se quedó todo en silencio, hasta que sonaron unos ladridos, entonces me di cuenta que ni siquiera me presentaron al perro.

Al final del patio estaba un perro que parecía un chiste, grandote y viejo, al nada más verme ladró con alegría, se acercó a olfatearme y fue tan regalado que de una vez me lamió la mano, ahí comenzó el problema.

Se empeñó en que jugara con él, tuve que tirarle una pelota, varias veces, siempre regresaba y pedía más. Intenté meterme en la casa, pero fué peor, se vino corriendo detrás de mí, saltando y haciendo piruetas, sin importarle tirar cosas a su paso; apenas pude salvar un jarrón de la embestida del canino.

Me las ingenié para echarlo de la casa, no sin dificultades, en una de esas el chucho se quedó adentro y yo afuera; al final lo pude sacar. Le di su comidita y su agua, pero no le bastó, el perro quería jugar y no paró de aullar.

Tres días aguanté, solo faltaba uno para que mi amiga regresara, hice lo posible por quedarme, no se pudo, el chucho era insoportable. Terminé llamándola, le dije que su mascota quedaría bien aprovisionada, que me disculpara, que no me guardara rencor, pero el perro me estaba volviendo loco.

Maestros y maestras, esperaba compartir algo de lo que escribiría durante el descanso, no escribí nada; a duras penas pude leer algo.

Al menos me libré del tachín, tachín, y de las cantinas como palos de jacaranda.

Salú pue.

miércoles, 17 de marzo de 2010

De cómo tuve un conversatorio virtual con los alumnos del seminario de literatura de Mercedes Rodríguez (buena onda ella).

El año pasado, por obra y gracia de la web, unos estudiantes de la Universidad Francisco Marroquín, alumnos del seminario de literatura de Mercedes Rodriguez, quien aparte de dar clases en la Marro, también es directora del departamento de letras de la Universidad del Valle de Guatemala, llegaron a mi blog y se llevaron algunos cuentos.

Sucede que la maestra Mercedes, una patoja muy agradable, a quien no conozco personalmente, pero presiento que además de ser tan amable es muy guapa, les pidió a sus alumnos, en aquella oportunidad, que investigaran algo de la literatura beliceña, y como la mara todo lo goglea en estos tiempos, entonces llegaron a mi blog.

El rollo es que, meses más tarde, Mercedes me invitó a participar en un coversatorio con sus alumnos, quienes para ganarse unos puntos en su calificación tuvieron que leer mi librito; entonces la cosa consistió en que ellos me hacían preguntas relacionadas con los Cuentos pajeros y luego yo les respondía dándoles paja.

Les cuento que el experimento resultó sumamente interesante y divertido. Durante una hora esos chavos dispararon, a diestra y a siniestra, sus preguntas y yo traté de responderles, tratando de no perder el ritmo, el producto de esa conversación se las dejo a continuación.

Hice algún trabajo de edición en las preguntas, por aquello de la falta de tildes y otras cositas por ahí. También agregué, entre paréntesis, cosas que se me ocurrieron al estar editando; por lo demás, todo está igualito.

Mercedes dice:
Johan, gracias por la oportunidad de conocer más de los cuentos pajeros, vamos a dar inicio a la actividad, cada estudiante le irá haciendo una pregunta.

Andrés Abril dice:
En el cuento: “Contribuciones a la revolución”, el hecho que haya muerto envenenado Carlitos Marx y que lo haya escrito Poncio Pilato ¿representa el hecho que el ejército se haya “lavado las manos” de las muertes de todos los revolucionarios o alguna en específico?

Johan dice:
Maestros y maestras, antes que nada, les digo algo: aúgeme el ínclito placer superlativo de saludarles y conversar con ustedes. Como ustedes saben, o si no pues les cuento, ante todo soy un pajero, pero trataré de responder con sinceridad.

Walter (Dije Walter, pero en realidad era una respuesta para Andrés, pero él tuvo la culpa, porque escribió con el usuario de Walter), fíjese que me acabo de poner a pensar en lo que escribió, y la verdá, me hace mucho sentido lo que usté piensa, hay ocasiones en que al ser uno pajero da en el clavo de lo que otros piensan, me gusta la lectura que hace de esos detalles del cuento. (Ahora bien, el autor del cuento se llama Poncho Pilatus).

Julio Godoy dice:
¿Qué factores influyeron en ud. para seleccionar los aspectos a tratar o criticar en sus cuentos?

Johan dice:
Voy a hablar algo de paja, aunque ya es algo redundante, vamos a quedar que en todo lo que escriba habrá mucho o poco de paja

Julio: Cuando a uno le da por escribir, lo más normal es que sea la realidad inmediata la que influya en los temas que se abordan; por otro lado, a mí me gusta burlarme de todo, entonces eso es lo que influye en mis cuentos, digo yo.

Gaby Martinez dice:
Quisiera saber ¿por qué en sus cuentos critica tanto a los guatemaltecos como a los estadounidenses?

Johan dice:
Hola Gaby, debe ser producto de la casualidad, pues la verdad es que siempre me esfuerzo en criticar a todas las nacionalidades por igual, otra cosa es que lo logre; por ejemplo, ahorita mismo me están dando ganas de escribir un cuento en el que voy a criticar a los croatas, el problema es que no conozco a ningún croata.

Marie Anne dice:
He notado que los autores de los cuentos tienen una relacion directa con el cuento. Por ejemplo: Patricio Suskinder (el autor de El Perfume), Elektra con el cuento de Mario o ESPN cuando se trata de deportes. Solamante en el cuento de "Si Arjona fuera el Gabo", ud. utiliza su nombre; a qué se debe esto?

Johan dice:
Fíjese que todo es intencional, en ese caso quería dejar bien claro que yo era quien hacía sarcasmo de Arjona, debe ser porque no me gusta. (Este es un gazapo, porque más adelante digo que si me gustan las canciones de Arjona, todo se justifica porque soy un pajero).

Cristina dice:
Si pudiera describir la esencia de sus cuentos (en general) en una sola palabra, ¿cuál sería y por que?

Johan dice:
Pajas, ahora le digo por qué; porque soy un pajero, es que todo es más fácil desde esa perspectiva; viera que es tan fácil jactarse de las cosas que uno nunca ha hecho.

Mark Antillón dice:
En varios cuentos usted hace referencia a varios escritores guatemaltecos, quisiera saber si estos escritores lo han influenciado o existe alguna otra razón para que los haya incluído en los cuentos, ¿qué otros autores lo han influenciado a través del tiempo que lleva escribiendo?

Johan dice:
Mark, son un chorro de escritores maestro (los que me han influenciado), es lo que uno siempre dice, para aparentar que ha leído bastante (luego uno empieza a mencionar nombres raros).
Lo de los escritores guatemaltecos que están referenciados en el libro tiene que ver con que me hubiera gustado hacerles la broma cuando estaban vivos, pero yo era muy patojo por entonces, por lo que no tuve oportunidad. El caso es que no me han influenciado, yo no me dejo influenciar por nadie (eso lo digo porque desde el año pasado decidí ser arrogante, no siempre fui así).

Isabella dice:
En el cuento: "jojojojoo, feliz navidad" quisiera saber si existe cierta referencia sexual, justamente en la ultima parte en donde dice "[...] sentados sobre él, y poder sobarles sus piernitas y reírse, jojojojoooojo, diciendo feliz Navidad"

Johan dice:
Isabella, mire, yo no quiero hablar mal de Santa Claus, ni de ningún otro viejito, pero siempre me han parecido sospechosos esos ancianos, incluídos los curas, que andan diciendo: dejad que los niños vengan a mí; conste que eso no tiene nada que ver con que nunca me haya llevado regalo de navidad, de todas formas ni me le hubiera acercado, es un mañoso ese viejito, el Santa digo.

Charles Hess dice:
En el cuento de: “Personaje de novela” dice: …los escritores se complicaban la vida… esto quiere decir que usted, siendo un escritor, ¿considera qué se complica la vida?

Johan dice:
Charles, pues nada hay más cierto que eso, porque míreme, o imagíneme, a mí, peleando con una compu, con tal de hablar de mis cuentos. Es complicado esto de querer ser escritor reconocido, claro que lo es.

Walter Paiz dice:
Aunque describe que sus cuentos son pajeros, tengo entendido que un escritor se inspira por medio de la observación de su entorno, ¿qué tan reales con los cuentos: “Sueño americano” y “Él? Es decir, son historias reales que conoció o lo inspiraron para tratar estos dos temas sociales?

Johan dice:
Walter, si me pongo muy serio para responderle disculpe usté, ahí voy. El escritor tiene que tener esa capacidad de observación que usté menciona, además tiene que tener la sensibilidad para interiorizar lo que ve y las vivencias propias; incluso para hablar o escribir pajas hay que tener bases reales.

Carlos dice:
También soy pajero, pero por lo regular los pajeros decimos pajas bien largas, además una paja dicha mil veces ya no es paja, ¿por qué tus cuentos pajeros son tan cortos? ¿Qué pensás?

Johan dice:
Estimados todos, tenemos que felicitar a Carlos, porque está confesando abiertamente sus prácticas usuales. Ahora bien, con respecto a lo de las pajas cortas, pues depende maestro, a veces salen cortitas, otras medianas, otras largas, creo que es cosa de estilo.

Pablo Hermes dice:
Soy Pablo Hermes, en uno de los temas recurrentes de los “Cuentos Pajeros” aparece la constante crítica a Ricardo Arjona. Cómo justifica su aparente crítica, al decir que Arjona es mal trovador o que su trova no es digna?

Johan dice:
Pablo, le cuento algo, fíjese que ayer Jesús afinó mi guitarra y agudizó mis sentidos, me inspiró a responderle (De seguro tenía algo de hambre, porque solo así me explico que haya escrito eso, confieso que me faltó chispa).

Lo que pasa con Arjona es que es un cantante pop, su música es pegajosa, le gusta a mucha gente; pienso que los trovadores, a los que él imita, están en otro nivel. (Debo decir que no es un tema recurrente, he escrito un par de cuentos sobre él, nada más, si son más es porque no me acuerdo).

Florence Lantán dice:
En el cuento “Lectura”, usted se esta burlando de las reacciones de las personas ante un escrito o usted quisiera que las personas reaccionaran así de acuerdo a lo que usted ha escrito?

Johan dice:
Florence, le voy a contar la anécdota de ese cuento, ponga atención porque no es cosa que haga siempre, usualmente las anécdotas son secreto de escritor, pero ahí le va.

Ese cuento está basado en una lectura de poesía erótica que una vez hicieron las escritoras que se mencionan (en el texto), me pareció gracioso que escritoras de 70 años para arriba estuvieran leyendo poesía erótica.

Monica Espinoza dice:
La historia “ÉL” (Mario) fue la narración que más me impresionó, nunca imagine que fuera a terminar de esa manera, ¿qué lo movió a escribir una historia tan controversial y delicada a la vez, siendo ud. un pajero?

Johan dice:
Mónica: lo que pasa es que las pajas también sirven de pretexto para entrarle a temas más escabrosos o profundos.

Jorge dice:
¿Por qué trata de clasificar el oficio de cantante y trovador como un pajero, falso o ¨come mierda¨, existe un resentimiento personal o es casualidad?

Johan dice:
Jorge: yo digo que es pura casulidad maestro, no me siento culpable de haberlo hecho, si así fuera (o sea si me sintiera culpable quise decir) entonces hubiera sido intencional (cosa que es paja, porque si mi intención hubiera sido decirle comemierda a alguien, fuera cantante o cualquiera, no sentiría culpa).

Oscar dice:
En el libro se menciona que usted ha logrado reunir las voces de olvidados, malqueridos y repudiados. ¿Cuál es el objetivo de hacer esto?

Johan dice:
Oscar, eso es pura gana fregar la pita, aunque un día me puse a querer reunirlos (a los olvidados, malqueridos, repudiados y otros), pero no llegaron muchos, resulta que no todos tienen la honestidad para meterse en alguna de esas categorías; en otras palabras, lo intenté, pero no resultó.

Roberto Rodríguez:
En el cuento Asshole, interpreté cómo los latinos son discriminados por los “gringos” y muchas veces no hacen nada al respecto sino que sienten que por alguna razón los gringos tienen ese derecho a discriminarnos. Yo creo que los “gringos” desde algunos aspectos tienen razón al juzgarnos, ya que muchos latinos han ido a crear “maras vandálicas” a Estados Unidos.

¿Está usted de acuerdo con que los “gringos” discriminen a todos los latinos en base al comportamiento de un pequeño grupo (los que crean maras vandálicas)?

Johan dice:
Roberto: Ese cuento se refiere a un gringo en particular, ese tipo se ganó el odio de mucha gente en todo el mundo. Con respecto a lo que pregunta, yo no estoy de acuerdo en que la gente discrimine a nadie, por ningún motivo, aunque sea la persona más huevona o vandálica que exista.

Stephanie Zelaya:
En la biografía de Doris Lessing encontré que la razón por la cual ella recibió el Premio Nobel 2007 fue por su “capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo y pasión”. ¿Podría ser esta la razón por la que, en el cuento Premio Nobel 2007, la madre no deja al niño leer el libro hasta que sea mayor?

Johan dice:
Stephanie: ahora le digo, ese no es el motivo del cuento. La verdad, pero que no se vayan a enterar (los aludidos), en ese cuento trato de burlarme de los escritores que dicen conocer a todos los premios Nobel y nunca los han leído. De hecho yo no había leído a Doris Lessing cuando escribí el cuento. A estas alturas si ya la leí, eso no es paja.

Julio Bautista dice:
En la historia: "Premio Nobel 2007", se mencionaba que el niño tenia una fascinacion por un libro que 'resplandecia' en el viejo anaquel prohibido. ¿Es esta una referencia directa al libro mas famoso de Doris Lessing "El Cuaderno Dorado"?, ¿por qué hizo esta referencia?

Johan dice:
Julio: como podrá ver arribita, no había leído a Doris Lessing en ese entonces, pero me da usté una buena idea para justificar esa parte, y como soy pajero, la próxima vez que me pregunten eso diré, gracias maestro por la idea.

Diego dice:
Y ya que estamos hablando de pajas y críticas quisiera decir la mía...me llamó la atención el nombre del libro. Llegué a pensar de que ''pajas'' se refería a la distorsion de lo que usted piensa que es verdad, pero de acuerdo a lo que ha respondido, me doy cuenta que para usted la realidad es aparentemene una paja y una forma de hacer todo mas fácil.

Yo siempre he pensando que una persona critica para sentirse mejor que los demás. Me gustaría saber su razón de criticar. Porque no encuentro el sentido de escribir un libro acerca de un país el cual no es el suyo y criticar todo por lo que los guatemaltecos nos sentimos orgullosos.

Johan dice:
Diego: Mire pue, quizá sea más fácil para mí criticar porque no soy de aquí, pero si me siento de aquí, porque llevo mucho tiempo en este país; el caso es que no se trata de criticar o hacer parodia solo porque sí; mi trabajo es serio.

Íñigo dice:
Buenas Johan, fíjese que leí la paja: “El que castra sana”, y me recordé que hace unos días el presidente Alvaro Colom le pidió a Carlos Castresana que permanezca en el puesto unos años más… ¿Qué paja podría justificar eso?

Johan dice:
Íñigo: Puedo responder a eso en tono escatólogico, ahí me disculpan; quizá porque el presidente ya no tiene huevos, es decir ya fue castrado, por eso necesita al Dr.

Julio Andrés dice:
Ya que el libro Cuentos Pajeros incluye la actual movida literaria de Guatemala, ¿qué piensa sobre el libro Nostalgia Guatemalteca? y qué relación cree que podría tener con su libro?
Para todos, el libro nostalgia Nostalgia Guatemalteca es un libro de D’buk editors, que rinde tributo a Guatemala, la peculiar forma de expresarnos, los sonidos, comidas, ademanes, costumbres de Guatemala.

Johan dice:
Julio: He visto el libro de pasada, pienso que debe estar bien bonito, porque si hay algo que me gusta de esta país es el lenguaje coloquial, el que espero haber aprendido.

Mafer dice:
Cuando usted era menor y leía algún cuento o alguna lectura, ¿usted se imaginaba cómo podrían haber surgido los diferentes personajes? como por ejemplo en el cuento "Personaje de novela", cuando surge el nombre de Gaspar Ilom.

Johan dice:
Mafer: eso me lo empecé a imaginar ya de grande. Cuando era chiquito y leía, bueno ahora también leo, más imaginaba los lugares en los que se desarrollaba la historia. Es un ejercicio interesante, y entretenido, eso de imaginar de dónde viene el personaje.

Pilarín dice:
Quisiera saber bajo que criterio eligio el dibujo de la portada, que entiendo por su blog son "Locos y árabes masturbándose frente a la representación de la Resurrección?.

Johan dice:
Pilarín: ya vio que la masturbación está como muy mal vista, y en este caso la foto de portada está en la pared de una iglesia, imagínese usté eso; por otro lado, me pareció adecuado (tanto para mi blog, como para portada del libro); y por otro lado, no tenía otra foto.

Marcela dice:
Mi pregunta es: ¿Reflejan sus cuentos aspectos de su vida o críticas a usted mismo, o solamente critica a todo lo demás de la sociedad?, ¿cuál sería el cuento con el que usted más se identifica?

Johan dice:
Marcela: lo primero que critico es a mí mismo, ya perezco el huiteco, porque me digo, mi mismo, ¿cómo es posible que te gusten las canciones de Arjona?, siendo tan pop, entonces escribo un cuento para criticarme.

Por otro lado, tengo un blog autobiográfico, en donde usté puede leer como me burlo de mí mismo todo el tiempo.

MERCEDES dice:
Muchas gracias Johan por su tiempo, tenemos algunas preguntas pendientes que por la hora no podremos hacer en este momento. ¿ Pueden enviárselas a su correo?

Johan dice:
Mercedes: Con mucho gusto, estaré encantado de responderlas. Les agradezco su tiempo.

Salú pue.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Otro cumpleaños que se me olvida, el gato que maulla, el pie en la cubeta, los practicantes del San Juan de Dios. Algo para contarles, nada más.

Entré al feisbuk, como quien no quiere la cosa. Resulta que no termino de encontrarle la gracia al mentado sitio. A veces entro a curiosear un rato, a ver qué hacen los demás; creo que ha servido para sacar mi lado voyeur. Ahí me pongo a leer que alguien se enamoró de no se quién; que fulano se desenamoró; que menganita usa una talla mayor; otros más contando de sus viajes, sus viejas y sus viejos; no falta la doñita que confiesa que le manchó la ropa al marido y que luego le echó la culpa a la empleada; y toda la mara, incluyéndome, que comparte links de cosas que les parecen interesantes; periódicos extranjeros, por ejemplo. La cosa es que entre tanto mensaje me encontré una, dos, tres, varias felicitaciones de cumpleaños, buena onda la mara, y que me acuerdo que ya soy un año más viejo.

Se ha convertido en costumbre eso de olvidar mis cumpleaños, quizá sea un mecanismo de defensa; hace años que no celebro, aunque no tengo nada contra de quienes hacen sus fiestecitas, lo que pasa es que soy raro, cuando me viene a la mente que la maquinaria está más vieja y oxidada no me dan ganas de celebrar; eso sí, cada vez está uno más sabio (que pajero).

Aun así, motivado por las felicitaciones que enviaron los cuatachos, estaba por empezar a escribir algo al respecto cuando un gato, que usualmente se mete al corredor en la noche, se puso a maullar y a gemir, como que andaba persiguiendo a una su gatita. No soporto esos chillidos así que salí a espantarlo.

Me puse las chancletas, marca Suave chapina, y empuñé una escoba. Salí corriendo y no me fijé que doña Carmelita, la señora que viene a limpiar, dejó a medio patio una cubeta llena de agua y chupluc, metí la pata, imagínense el estruendo. Mientras intentaba sacar el pie de la cubeta, apalear al gato y agarrarme de la pila, caí como aguacate maduro.

La dueña de la casa llegó en un santiamén, hace días que anda diciéndome: Johan, tenga cuidado, se puede caer; y justo viene a encontrarme ahí tirado, en pijama, mojado, con un chichón en la cabeza y con el gato sobijiándose en mi pierna.

Con no poco esfuerzo, me ayudó a levantarme, al tiempo que profería un regaño. Sentí dolor cuando asenté el pie, no podía mantenerlo en el suelo. De seguro se lo quebró, dijo la doñita.

Me vi el tobillo, parecía un tomate maduro, inflamado, inflamado. Que rápido se le hinchó Johan, mejor le digo a mi yerno que lo lleve al San Juan de Dios, como usté no paga IGSS ni tiene seguro.

Me resistí un rato, eran las nueve de la noche, el principal hospital público de la ciudad, con tanta violencia, siempre se mantiene lleno; sabía que ir a esa hora implicaba salir como a las cinco de la mañana; la cosa es que la doñita insistió tanto que me convenció.

El yerno de la doña sacó su carro, me ayudó a subir y en menos de diez minutos me había dejado sentado en la emergencia del hospital, y se fue.

Como cosa rara no había mucha gente, solo un parito de pacientes, no muy graves, por lo que fuí atendido casi de inmediato por un patojo con aspecto de nerd, la montura de sus lentes lo delataba, tenía un amago de barba que bien podía ser producto de un turno extendido o porque quería parecer mayor.

¿Cuántos años tiene?, ¿es diabético? ¿es alérgico a la penicilina?, ¿de qué raza es? Y un racimo de preguntas medio tontas que no tenían nada que ver con la hinchazón de mi tobillo, ya parecía vendedor de tarjetas del SIGA.

Al ser atendido rápido pensé que no tardaría en salir, pero me equivoqué; pasó una hora antes de que me llevaran a rayos X, luego otra hora para que dos mediquitos, no lo digo en forma despectiva, es que eran muy jovencitos, se pusieran a discutir si la línea que se veía en la radiografía era o no fractura, uno de ellos dijo: En un hombre de esa edad los huesos ya se hacen más débiles. Púchica, o sea que ya soy de esa edad, me dije. Al final se decidieron a ponerme un yeso.

Imaginé que iban a ponerme una bonita venda de plástico, pero nel, sacaron cuatro vendas de yeso normal, de ese blanco que parece repello de pared, uno de ellos procedió a enrollarlas en mi pie, una y otra vez. El patojo se esforzaba en tallar, sobando con ambas manos, pero el resultado fue un tremendo bulto, grotesco se miraba. Me dieron una receta y a las cuatro de la mañana estaba en la puerta pidiendo un taxi.

Al día siguiente llamé a un médico, amigo mío, para que me prestara unas muletas; le hice toda la historia y le conté que me sentía fatal, como que tuviera hormigas en el pie. Mejor venite, dijo, de repente te dejaron más jodido.

En cuanto entré a la clínica, después de sortear varios obstáculos, con ayuda de la asistente, el doc se quedó viendo a mi pie y soltó la carcajada: Puta vos, ahora sí que te dejaron hecho un Trucutú. Recordé la tira cómica y me puse a reír, pues tenía razón, el tamaño del pie era unas cuatro veces mayor de lo normal.

El rollo terminó en que tuve que sacarme otras radiografías, resultó que no necesitaba el yeso, solo un inmovilizador y reposo durante unas semanas. Me quitaron el yeso de Trucutú y he tenido que estar encerrado.

Al final solo fueron dos semanas sin moverme, ya no hay edema, ni dolor; el médico dice que mis huesos están más sanos que los de un patojo de quince años; será de patojo tercermundista y desnutrido, pensé.

Salú pue.

martes, 23 de febrero de 2010

A imagen y semejanza de Dios. Evolucionados del mono. ¿La máquina perfecta?

Sin importar si alguien cree en la teoría de la evolución o se traga el cuento del Génesis, cuando se habla del cuerpo humano todo mundo coincide en que es la máquina perfecta.

A mí no me gusta entrar en esas polémicas, que si estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, o que si descendemos del mono; pero siendo objetivos, pienso que ambas corrientes tienen sus puntos en contra.

Miren pues, el cuerpo humano es lo peor que existe; desde el momento de nacer hasta la muerte, no hay nada que funcione correctamente, siempre hay que estarle dando mantenimiento.

Creo que lo peor de todo lo que se tiene que hacer para que el cuerpo funcione es ese rollo de estar comiendo tres veces al día. ¿Por qué lo hicieron así? Hubiera bastado con que uno comiera una vez, de preferencia en la noche, no que tres veces, y no digamos los que refaccionan a media mañana y a media tarde.

No tiene nada que ver con el dinero que se gasta, ni con el tiempo que se invierte, es más porque si uno no come la maquinita perfecta empieza a fallar de inmediato; para mí que ese es un defecto de fábrica. Ya ven que a un carro se le llena el tanque y se pasan varios días sin preocuparse del asunto; se le da su mantenimiento cada tres o seis meses, dependiendo de si se tiene o no dinero, y ahí va funcionando; pero no, el cuerpo humano necesita atención a cada rato.

Lo contrario de comer, ya saben a qué me refiero, ahí si que se pueden encontrar todos los defectos del mundo, desde los olorcitos, hasta el hecho que para no quedar impregnado hay que ser muy concienzudo a la hora de la higiene (se recomienda usar toallitas húmedas). Eso sin contar los posibles inconvenientes al momento de la intimidad (cuando se tiene sexo pues), porque como ya lo dice el viejo chiste: A quién se le ocurre poner un desagüe cerca de un área recreativa.

El cuerpo humano y sus fluidos son la mayor fuente de contaminación ambiental. Muchos culpan a las camionetas, todo por el humo negro, pero díganme algo, ¿qué huele peor?, el humo negro o el conjunto de olores que se desprende de los pasajeros.

Fíjense pues, para evitar que hablen de uno, por aquello de los malos olores, hay que bañarse mínimo una vez al día; pero no basta con bañarse, luego hay que echarse desodorante, uno bueno, que dure todo el día, nada de Speed Stick ni Old Spice, esos vienen casi a la mitad y solo protegen un par de horas; pero no basta con el desodorante, también hay que ponerse un poco de perfume, tiene que ser uno de marca, no hay de otra, porque los baratos pueden hacer mala química con el PH de la piel y el olor resultante puede ser peor que no haberse bañado. Ni hablar de si a la maestra o al maestro le sudan los pies.

Los pelos, esos si que dan problemas, son desagradables y necios, ni bien se deshace uno de ellos, rapidito vuelven a salir. El problema se agrava en la medida que nos hacemos viejos, entonces salen por todos lados, y los que ya existen en las cejas y nariz, por ejemplo, crecen, crecen, y crecen; y los de las orejas, esos si que son espantosos maestras y maestros, hasta parece que uno se estuviera convirtiendo en mosca. Los pelos no hacen distinción de sexo, hombres y mujeres sufren las consecuencias, todos tenemos que pelear contra ellos, sabiendo que es una guerra perdida de antemano; es triste.

Ahí la dejo, porque hay más defectos, muchos más, por ejemplo: no se puede estar parado largo tiempo, luego duelen los pies; pero si uno se sienta, tampoco se puede estar sentado largo rato, porque duele el trasero y la espalda; y la cuenta sigue.

Si evolucionamos, estamos mal evolucionados; y si estamos hechos a imagen y semejanza de algún dios, entonces que feo debe ser; quizá por eso no se deja ver.

Salú pue.

lunes, 8 de febrero de 2010

Se murio Jerome David Salinger

Maestros y maestras, se murió Jerome David Salinger, uno de los escritores capitales de las letras estadounidenses, su novela The Catcher in the Rye es un ícono de la literatura. Vivió mucho, escribió poco, pero hizo lo necesario para que todo mundo conozca su nombre.

Yo me sé su historia y también sé que su libro es nombrado en español como El guardian entre el centeno, no se parece en nada a la traducción literal.

Un escritor de la estatura de Salinger casi siempre llega a influenciar a quienes lo leyeron. Tengo cuatachos que han escrito sentidas notas al respecto, son notas privadas, que llegaron como parte de la correspondencia espóradica que nos enviamos.

A veces quisiera que el personaje de un libro hubiera tenido influencia en mi forma de ser o de pensar, pero no recuerdo alguno, y si no lo recuerdo es porque no existe.

Mis amigos recuerdan a Salinger de buena manera, como buena influencia; lo que escribieron sobre Holden Caulfield mueve a la nostalgia.

Hay otras personas que, aparentemente, fueron mal influenciados por el viejo ermitaño; dicen que Marck David Chapman, el asesino de John Lennon, estaba obsesionado con El guadian entre el centeno; y que John Warnock Hinckley, Jr., quien intentó asesinar a Ronal Reagan, también lo había leído.

Como dijo otro cuate: cualquier libro puede malinfluenciar a la gente, tengo un vecino que leyendo la Biblia encontró la motivación para joderme los domingos con un altoparlante.

Reconozco que no he leído a Salinger y quizá nunca lo lea, es una laguna, con cianobacteria incluída, que permanecerá en mi cultura general.

En paz descanse J.D. no lo extrañaré porque no lo conocí. Ya se morirá un escritor al que de verdad extrañe y entonces escribiré una nota tan chilera como las de mis cuates.

Salú pue.

jueves, 28 de enero de 2010

El regreso del profe Dennis

Hace un par de días me llamó el profe Dennis, me sorprendió su llamada, pues yo lo hacía en Venezuela, quería que nos tomáramos un café; estuve a punto de decirle que se viniera para mi casa, entonces recordé que ni siquiera tengo café, he estado encerrado algunos días, debido a que me enfermé, nada grave, pero es de aquellas enfermedades que lo amarran a uno a su casa, al baño para ser específicos.

Nos juntamos en un Pollo Campero, mala elección, pues con mi estómago todavía débil, el simple olor de la grasa me hizo sentir mal, pero no tanto, al final lo pude soportar. A mí ese pollo no me gusta, ya no lo hacen como antes y el servicio es pésimo; la cosa es que el profe quería un lugar con Internet, que quería mostrarme unas páginas chileras dijo.

Cuando le pregunté qué había sucedido, pues esperaba que regresara hasta dentro de un año. Me contó que, efectivamente, había pedido dos años de permiso, sin goce de sueldo, para terminar la maestría en Venezuela, resulta que a principios de este año lo llamaron para decirle que si no se presentaba a dar clases se diera por despedido. De nada sirvió que diera mil justificaciones, pues alguien más estaba interesado en su plaza (un amigo del hermano de un diputado local), y si él no volvía le harían un proceso de abandono de puesto.

—Mirá Johan, no es que yo me aferre a la plaza, pero a estas alturas de la vida no quiero salir del pueblo, la capital no me ofrece nada, me gusta el interior; además, siento que puedo hacer algo, todavía, por los chavos, son muchos años de dedicación a la docencia, algo tengo acumulado para la jubilación y con eso me basta.

La siguiente hora la pasamos hablando de su experiencia estudiantil, nada del otro mundo, como todos sabemos, el hermano país bolivariano tiene sus deficiencias y sus conflictos. Algo aprendió en un año de maestría, tuvo una novia pasajera, el amigo es de los incasables, según él, yo creo que no tanto, por lo que me contó después.

La chica es agrónoma, revolucionaria ella, quiere venirse a Guatemala, le han contado que acá hay oportunidades (ya ven siempre hay gente que habla pajas), y como está enamorada del profe las cosas se le facilitarían, al tener casa a donde llegar; es decir, la patoja quiere venir a quedarse..

El profe tenía sus dudas, pero yo no soy de los que le dicen a la gente que hacer, porque luego todo sale mal y a uno le echan la culpa. La muchacha es más joven que él, recién egresada de la universidad, tiene un hijo de 3 años, de una relación anterior, ella insiste en venirse y él no está convencido. Se pregunta por los espacios, por la forma de acomodarse, por la casa, en fin, está dudoso, como que quiere y no.

Es raro, a veces la búsqueda de oportunidades nos llevan por caminos extraños, el profe se fue a estudiar, queriendo mejorar; me parece que vino igual, o un poco peor, porque regresó a su mismo trabajo, a su rutina, y quizá con una pareja de la que no está seguro. Creo que no mejoró.

Salú pue.

lunes, 18 de enero de 2010

Haití o Los heraldos negros

Cada vez que hay una catástrofe natural me pregunto ¿por qué siempre pasan en los países más pobres? No es que piense que deberían suceder en los países desarrollados, lo bueno sería que no existieran, que nadie se muriera por culpa de la naturaleza; ya se sabe, eso es imposible.

Claro que para que sea un desastre natural tiene que haber daño, ya lo dicen los especialistas en el tema, ellos en toda su sabiduría opinan que solo suceden en lugares poblados, porque si estalla un volcán en despoblado, o se inunda el desierto, ahí no hay catástrofe. Es como un árbol que cae en medio del bosque, si nadie está presente, ¿hace ruido?

En esto de los desastres naturales no falta quien sale diciendo alguna tontería, de dimensiones mayores que el desastre; desde aquellos que dan gracias a dios porque no sucedió en donde viven, hasta los que, en nombre del mismo dios, atribuyen la mortandad a que la gente se lo merecía por tener pacto con el diablo. No hay que dar crédito a palabras como esas, pero que enojan, enojan.

Hay veces que mi paranoia hace que vea conspiraciones en cualquier evento, puedo ser exagerado, lo sé; pero me pongo a pensar que si los gringos han invadido países, provocado guerras, y cosas por el estilo, buscando su propio beneficio, no sería raro que pudieran provocar un terremoto en Haití, para luego conseguir contratos de reconstrucción. Repito, eso de ser pajero hace que me vuelva exagerado, esas son cosas imposibles.

Desde aquí, no hay mucho que hacer en el caso de Haití; por supuesto que se pueden dar donaciones, poner su granito de arena, algo es algo. La mayor ayuda la deben aportar los países que históricamente se han beneficiado, ¿o provocado?, del subdesarrollo. Ojalá y el apoyo sea honesto y permanente.

No soy mucho de hacer citas, pero hay un poema que me viene a la cabeza cada vez que sucede algo como lo de Haití; en realidad el texto de César Vallejo me suena todo el tiempo, más cuando uno vive en Guatemala.

Aquí se los dejo

Los heraldos negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido

se empozara en el alma... Yo no sé!


Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras

en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán talvez los potros de bárbaros atilas;

o los heraldos negros que nos manda la Muerte.


Son las caídas hondas de los Cristos del alma,

de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.


Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como

cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

se empoza, como charco de culpa, en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
César Vallejo

Miren lo que son las cosas, mientras estaba posteando este texto, hubo un temblor de 6 grados en la escala de Richter, dicen las primeras noticias; ojalá que no haya sido catastrófico.

Salú pue.

miércoles, 13 de enero de 2010

Frío, frío, tibio, tibio, caliente, caliente

Hoy será el día más frío del año, o de la temporada de frío, hoy o ayer, dependiendo de cuando lean, la fecha es el 13-01-10; pero no lo digo yo, lo dice la máxima autoridad en ese rollo de pronosticar el clima aquí en Guatemala, el mentado INSIVUMEH; pero ya saben que ellos son más pajeros que su servilleta, y nunca le atinan; conste que una vez escuché al director de la entidad decir: Mañana jueves lloverá, esa vez acertó a medias, porque era miércoles y al siguiente día fue jueves, aunque no llovió.

La cosa es que si hay frío ustedes, ya hasta parece El día después de mañana, creo que ya vamos por 7 grados Celsius, que son unos 44.6 Fahrenheit.

En la calle todos andamos como que somos cebollas, no por el olor, por las varias capas de ropa que se lleva encima. Aproveché para usar unos trapitos térmicos que mi hija me envió hace unos años; siempre pensé que nunca los iba a utilizar, pero hoy me puse novelero, hasta calzoncillos largos incluye. A veces me da por ser exagerado, llevo puestos unos calcetines de lana, un suéter cerrado, chumpa enguatada, gorro andino, guantes, bufanda y abrigo de investigador privado, hasta me cuesta caminar.

Llegué al internet del Adán, estaba lleno; se siente caluroso, como no tiene ventanas, además el calor de las computadoras. A pesar del olor a metano, la temperatura del local está agradable. El adán me convidó a una tacita de café ralo, del que parece agua de calcetín, así como lo toman la mayoría de guatemaltecos.

El comentario obligado es el del caso Rosemberg, yo me puse a ver, en Internet, la conferencia de prensa, completita. Debo decir que ese viejito español tiene chispa para narrar, además se curó en salud desde el principio, porque dijo que iba a contar una verdad extravagante, interina al 12-01-09; más o menos esas fueron sus palabras. No opino nada al respecto de la investigación, en esas cosas todo mundo se equivoca o todos tienen razón, porque mi verdad no es la verdad del prójimo y viceversa; lo único que puedo decir es que el Castresana tiene cabida en mi blog de los Cuentos pajeros. Para mí que la clave de todo es la bicicleta, recuerden el dicho: Si mi abuelita tuviera ruedas sería bicicleta.

Tengo que hacer unas mis diligencias, el sol ya calentó algo, ahora tengo el problema que no sé qué hacer con toda la ropa extra que llevo; me ataca, de nuevo, la idea de comprar mi carrito, ya les contaré si me animo.

Salú pue.

martes, 5 de enero de 2010

Fin e inicio de año, con el respectivo recuento y algunas redundancias.

No me gusta hablar sobre las cosas que no hice (valga la doble negación, que muchos dicen no se debe utilizar), pero esta vez la excusa resultó buena.

Pensé en irme a Londres, a pasar unos días con mi hija, sin decirle nada a nadie (dale con la doble negación). Era una de esas huídas poco meditadas, hasta hice la reservación de los boletos y arreglé maleta, pensaba salir el 28 de diciembre, pero me pasó las del inocente, todo por culpa de los atentados; es decir, como dije arriba (disculpen la redundancia, decir y dije, que muchos dicen no se debe utilizar), fueron buena excusa.

Cancelé la reservación, vacié la maleta, llamé a mi hija y le dije: no quiero exponerme a las molestias causadas por las múltiples revisiones que están haciendo en los aeropuertos, más cuando uno es negro, procedente de país tercermundista traficante de drogas; iría directo al cuartito, creo que me registrarían hasta donde nunca pega el sol, eso es demasiado, mejor espero a que las cosas se calmen para planficar de nuevo el viaje. Ya me estoy helando con estos doce grados centígrados, no creo que pueda tolerar más frío; esto último no lo dije, solo lo pensé.

Como mi hija dice que ni loca viene a este país, tendré que conformarme con ver a los nietos en los acostumbrados videos y fotos que mandan, mes a mes, y en las video llamadas por skype.

No niego (esto ya es por puro chingar) que alguna vez pensé en emigrar, pero al final decidí que no encontraría oficio en Londres (no es lo mismo escribir pajas en un país de tercer mundo que en uno de primer mundo). Para pasar unos días o unos meses, así sin paja, no tendría problemas; pero todos saben que las visitas se parecen a los muertos en que al tercer día ya apestan; por otro lado, vivir allá es demasiado caro (se dan cuenta como me contradigo). Lo contrario sucede con los jubilados gringos y europeos que vienen a invadir Guatemala; aquí por una mínima parte de lo que gastarían allá viven bien, comen bien, pasean bien, beben bien, hasta tienen sirvientas o guardespaldas; o sea, se convierten en gente bien.

El 31 lo pasé con los tíos del Jonás, ellos viven en ciudad San Cristobal. Nos tomamos unas copas y vimos el despliegue de luces en ciudad Peronia, la gente pobre también tiene dinero para quemar (para los que no saben, dicen que en ciudad Peronia vive gente pobre); aunque también ahí afectó la crisis, según los tios del Jonás el año pasado hubo más luces y menos ruido, en cambio ahora mucho ruido y pocas nueces; o sea que ya ni para fruta seca alcanzó, solo me comí unos deliciosos tamales de arroz, y me quedé a dormir.

El 1 de enero toda la familia del Jonás: tíos, hijos nietos y demás, se levantaron a ver El desfile de las rosas. Son originarios de Quetzaltenango y no se querían perder cuando pasaran los patojos de la banda del instituto Pedro Molina, quienes fueron a tocar allá; bien pilas esos chavos, calidá se miraban en la tele. Ellos hicieron los comentarios clásicos: que bueno que hayan puesto en alto el nombre de Guatemala. Sus palabras me hicieron recordar a la niña que decía que eso solo se lograria escribiéndolo en un barrilete.

De vuelta al centro histórico, he estado sin ganas de escribir y me la he pasado haraganeando. Quizá sea la fecha o la edad, dale otra vez con lo de viejito; en realidad no me siento así, pero cuando se reciben veinte correos spam en los que a uno le ofrecen Viagra, y otras pastillas similares, es para ponerse a pensar.

Debo decir que el 2009 fue un buen año, concreté algunos proyectos que redituaron bien (si se fijan ahí hay otra redundancia), otros que no tanto, pero que me hacen sentir como un escritor de verdá, hablo de mi librito, que no se vendió, pero que me sube el ego cuando pienso que tengo un libro publicado.

Jonás me contó que los niños de su iglesia están asustados por las profecías del 2012, no duermen y creen que el mundo se va a acabar, él no quiere matarles la ilusión, porque los güiritos tienen la ilusión (ven, creo que el año nuevo me ha puesto redundante) de ver cuando el mundo se termine, y les dice que nada terminará en el 2012.

Mientras eso llega, me dedicaré a vivir el 2010 de forma irrepetible (hasta ahora no lo he conseguido, porque me he estado repitiendo mucho); es fácil, si se piensa que todos los años son irrepetibles, y difícil, si se piensa que para no repetirse hay que leer y releer los textos, dejar la hueva y corregir.

Salú pue.