jueves, 28 de enero de 2010

El regreso del profe Dennis

Hace un par de días me llamó el profe Dennis, me sorprendió su llamada, pues yo lo hacía en Venezuela, quería que nos tomáramos un café; estuve a punto de decirle que se viniera para mi casa, entonces recordé que ni siquiera tengo café, he estado encerrado algunos días, debido a que me enfermé, nada grave, pero es de aquellas enfermedades que lo amarran a uno a su casa, al baño para ser específicos.

Nos juntamos en un Pollo Campero, mala elección, pues con mi estómago todavía débil, el simple olor de la grasa me hizo sentir mal, pero no tanto, al final lo pude soportar. A mí ese pollo no me gusta, ya no lo hacen como antes y el servicio es pésimo; la cosa es que el profe quería un lugar con Internet, que quería mostrarme unas páginas chileras dijo.

Cuando le pregunté qué había sucedido, pues esperaba que regresara hasta dentro de un año. Me contó que, efectivamente, había pedido dos años de permiso, sin goce de sueldo, para terminar la maestría en Venezuela, resulta que a principios de este año lo llamaron para decirle que si no se presentaba a dar clases se diera por despedido. De nada sirvió que diera mil justificaciones, pues alguien más estaba interesado en su plaza (un amigo del hermano de un diputado local), y si él no volvía le harían un proceso de abandono de puesto.

—Mirá Johan, no es que yo me aferre a la plaza, pero a estas alturas de la vida no quiero salir del pueblo, la capital no me ofrece nada, me gusta el interior; además, siento que puedo hacer algo, todavía, por los chavos, son muchos años de dedicación a la docencia, algo tengo acumulado para la jubilación y con eso me basta.

La siguiente hora la pasamos hablando de su experiencia estudiantil, nada del otro mundo, como todos sabemos, el hermano país bolivariano tiene sus deficiencias y sus conflictos. Algo aprendió en un año de maestría, tuvo una novia pasajera, el amigo es de los incasables, según él, yo creo que no tanto, por lo que me contó después.

La chica es agrónoma, revolucionaria ella, quiere venirse a Guatemala, le han contado que acá hay oportunidades (ya ven siempre hay gente que habla pajas), y como está enamorada del profe las cosas se le facilitarían, al tener casa a donde llegar; es decir, la patoja quiere venir a quedarse..

El profe tenía sus dudas, pero yo no soy de los que le dicen a la gente que hacer, porque luego todo sale mal y a uno le echan la culpa. La muchacha es más joven que él, recién egresada de la universidad, tiene un hijo de 3 años, de una relación anterior, ella insiste en venirse y él no está convencido. Se pregunta por los espacios, por la forma de acomodarse, por la casa, en fin, está dudoso, como que quiere y no.

Es raro, a veces la búsqueda de oportunidades nos llevan por caminos extraños, el profe se fue a estudiar, queriendo mejorar; me parece que vino igual, o un poco peor, porque regresó a su mismo trabajo, a su rutina, y quizá con una pareja de la que no está seguro. Creo que no mejoró.

Salú pue.

lunes, 18 de enero de 2010

Haití o Los heraldos negros

Cada vez que hay una catástrofe natural me pregunto ¿por qué siempre pasan en los países más pobres? No es que piense que deberían suceder en los países desarrollados, lo bueno sería que no existieran, que nadie se muriera por culpa de la naturaleza; ya se sabe, eso es imposible.

Claro que para que sea un desastre natural tiene que haber daño, ya lo dicen los especialistas en el tema, ellos en toda su sabiduría opinan que solo suceden en lugares poblados, porque si estalla un volcán en despoblado, o se inunda el desierto, ahí no hay catástrofe. Es como un árbol que cae en medio del bosque, si nadie está presente, ¿hace ruido?

En esto de los desastres naturales no falta quien sale diciendo alguna tontería, de dimensiones mayores que el desastre; desde aquellos que dan gracias a dios porque no sucedió en donde viven, hasta los que, en nombre del mismo dios, atribuyen la mortandad a que la gente se lo merecía por tener pacto con el diablo. No hay que dar crédito a palabras como esas, pero que enojan, enojan.

Hay veces que mi paranoia hace que vea conspiraciones en cualquier evento, puedo ser exagerado, lo sé; pero me pongo a pensar que si los gringos han invadido países, provocado guerras, y cosas por el estilo, buscando su propio beneficio, no sería raro que pudieran provocar un terremoto en Haití, para luego conseguir contratos de reconstrucción. Repito, eso de ser pajero hace que me vuelva exagerado, esas son cosas imposibles.

Desde aquí, no hay mucho que hacer en el caso de Haití; por supuesto que se pueden dar donaciones, poner su granito de arena, algo es algo. La mayor ayuda la deben aportar los países que históricamente se han beneficiado, ¿o provocado?, del subdesarrollo. Ojalá y el apoyo sea honesto y permanente.

No soy mucho de hacer citas, pero hay un poema que me viene a la cabeza cada vez que sucede algo como lo de Haití; en realidad el texto de César Vallejo me suena todo el tiempo, más cuando uno vive en Guatemala.

Aquí se los dejo

Los heraldos negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido

se empozara en el alma... Yo no sé!


Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras

en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán talvez los potros de bárbaros atilas;

o los heraldos negros que nos manda la Muerte.


Son las caídas hondas de los Cristos del alma,

de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.


Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como

cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

se empoza, como charco de culpa, en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
César Vallejo

Miren lo que son las cosas, mientras estaba posteando este texto, hubo un temblor de 6 grados en la escala de Richter, dicen las primeras noticias; ojalá que no haya sido catastrófico.

Salú pue.

miércoles, 13 de enero de 2010

Frío, frío, tibio, tibio, caliente, caliente

Hoy será el día más frío del año, o de la temporada de frío, hoy o ayer, dependiendo de cuando lean, la fecha es el 13-01-10; pero no lo digo yo, lo dice la máxima autoridad en ese rollo de pronosticar el clima aquí en Guatemala, el mentado INSIVUMEH; pero ya saben que ellos son más pajeros que su servilleta, y nunca le atinan; conste que una vez escuché al director de la entidad decir: Mañana jueves lloverá, esa vez acertó a medias, porque era miércoles y al siguiente día fue jueves, aunque no llovió.

La cosa es que si hay frío ustedes, ya hasta parece El día después de mañana, creo que ya vamos por 7 grados Celsius, que son unos 44.6 Fahrenheit.

En la calle todos andamos como que somos cebollas, no por el olor, por las varias capas de ropa que se lleva encima. Aproveché para usar unos trapitos térmicos que mi hija me envió hace unos años; siempre pensé que nunca los iba a utilizar, pero hoy me puse novelero, hasta calzoncillos largos incluye. A veces me da por ser exagerado, llevo puestos unos calcetines de lana, un suéter cerrado, chumpa enguatada, gorro andino, guantes, bufanda y abrigo de investigador privado, hasta me cuesta caminar.

Llegué al internet del Adán, estaba lleno; se siente caluroso, como no tiene ventanas, además el calor de las computadoras. A pesar del olor a metano, la temperatura del local está agradable. El adán me convidó a una tacita de café ralo, del que parece agua de calcetín, así como lo toman la mayoría de guatemaltecos.

El comentario obligado es el del caso Rosemberg, yo me puse a ver, en Internet, la conferencia de prensa, completita. Debo decir que ese viejito español tiene chispa para narrar, además se curó en salud desde el principio, porque dijo que iba a contar una verdad extravagante, interina al 12-01-09; más o menos esas fueron sus palabras. No opino nada al respecto de la investigación, en esas cosas todo mundo se equivoca o todos tienen razón, porque mi verdad no es la verdad del prójimo y viceversa; lo único que puedo decir es que el Castresana tiene cabida en mi blog de los Cuentos pajeros. Para mí que la clave de todo es la bicicleta, recuerden el dicho: Si mi abuelita tuviera ruedas sería bicicleta.

Tengo que hacer unas mis diligencias, el sol ya calentó algo, ahora tengo el problema que no sé qué hacer con toda la ropa extra que llevo; me ataca, de nuevo, la idea de comprar mi carrito, ya les contaré si me animo.

Salú pue.

martes, 5 de enero de 2010

Fin e inicio de año, con el respectivo recuento y algunas redundancias.

No me gusta hablar sobre las cosas que no hice (valga la doble negación, que muchos dicen no se debe utilizar), pero esta vez la excusa resultó buena.

Pensé en irme a Londres, a pasar unos días con mi hija, sin decirle nada a nadie (dale con la doble negación). Era una de esas huídas poco meditadas, hasta hice la reservación de los boletos y arreglé maleta, pensaba salir el 28 de diciembre, pero me pasó las del inocente, todo por culpa de los atentados; es decir, como dije arriba (disculpen la redundancia, decir y dije, que muchos dicen no se debe utilizar), fueron buena excusa.

Cancelé la reservación, vacié la maleta, llamé a mi hija y le dije: no quiero exponerme a las molestias causadas por las múltiples revisiones que están haciendo en los aeropuertos, más cuando uno es negro, procedente de país tercermundista traficante de drogas; iría directo al cuartito, creo que me registrarían hasta donde nunca pega el sol, eso es demasiado, mejor espero a que las cosas se calmen para planficar de nuevo el viaje. Ya me estoy helando con estos doce grados centígrados, no creo que pueda tolerar más frío; esto último no lo dije, solo lo pensé.

Como mi hija dice que ni loca viene a este país, tendré que conformarme con ver a los nietos en los acostumbrados videos y fotos que mandan, mes a mes, y en las video llamadas por skype.

No niego (esto ya es por puro chingar) que alguna vez pensé en emigrar, pero al final decidí que no encontraría oficio en Londres (no es lo mismo escribir pajas en un país de tercer mundo que en uno de primer mundo). Para pasar unos días o unos meses, así sin paja, no tendría problemas; pero todos saben que las visitas se parecen a los muertos en que al tercer día ya apestan; por otro lado, vivir allá es demasiado caro (se dan cuenta como me contradigo). Lo contrario sucede con los jubilados gringos y europeos que vienen a invadir Guatemala; aquí por una mínima parte de lo que gastarían allá viven bien, comen bien, pasean bien, beben bien, hasta tienen sirvientas o guardespaldas; o sea, se convierten en gente bien.

El 31 lo pasé con los tíos del Jonás, ellos viven en ciudad San Cristobal. Nos tomamos unas copas y vimos el despliegue de luces en ciudad Peronia, la gente pobre también tiene dinero para quemar (para los que no saben, dicen que en ciudad Peronia vive gente pobre); aunque también ahí afectó la crisis, según los tios del Jonás el año pasado hubo más luces y menos ruido, en cambio ahora mucho ruido y pocas nueces; o sea que ya ni para fruta seca alcanzó, solo me comí unos deliciosos tamales de arroz, y me quedé a dormir.

El 1 de enero toda la familia del Jonás: tíos, hijos nietos y demás, se levantaron a ver El desfile de las rosas. Son originarios de Quetzaltenango y no se querían perder cuando pasaran los patojos de la banda del instituto Pedro Molina, quienes fueron a tocar allá; bien pilas esos chavos, calidá se miraban en la tele. Ellos hicieron los comentarios clásicos: que bueno que hayan puesto en alto el nombre de Guatemala. Sus palabras me hicieron recordar a la niña que decía que eso solo se lograria escribiéndolo en un barrilete.

De vuelta al centro histórico, he estado sin ganas de escribir y me la he pasado haraganeando. Quizá sea la fecha o la edad, dale otra vez con lo de viejito; en realidad no me siento así, pero cuando se reciben veinte correos spam en los que a uno le ofrecen Viagra, y otras pastillas similares, es para ponerse a pensar.

Debo decir que el 2009 fue un buen año, concreté algunos proyectos que redituaron bien (si se fijan ahí hay otra redundancia), otros que no tanto, pero que me hacen sentir como un escritor de verdá, hablo de mi librito, que no se vendió, pero que me sube el ego cuando pienso que tengo un libro publicado.

Jonás me contó que los niños de su iglesia están asustados por las profecías del 2012, no duermen y creen que el mundo se va a acabar, él no quiere matarles la ilusión, porque los güiritos tienen la ilusión (ven, creo que el año nuevo me ha puesto redundante) de ver cuando el mundo se termine, y les dice que nada terminará en el 2012.

Mientras eso llega, me dedicaré a vivir el 2010 de forma irrepetible (hasta ahora no lo he conseguido, porque me he estado repitiendo mucho); es fácil, si se piensa que todos los años son irrepetibles, y difícil, si se piensa que para no repetirse hay que leer y releer los textos, dejar la hueva y corregir.

Salú pue.