No me gusta hablar sobre las cosas que no hice (valga la doble negación, que muchos dicen no se debe utilizar), pero esta vez la excusa resultó buena.
Pensé en irme a Londres, a pasar unos días con mi hija, sin decirle nada a nadie (dale con la doble negación). Era una de esas huídas poco meditadas, hasta hice la reservación de los boletos y arreglé maleta, pensaba salir el 28 de diciembre, pero me pasó las del inocente, todo por culpa de los atentados; es decir, como dije arriba (disculpen la redundancia, decir y dije, que muchos dicen no se debe utilizar), fueron buena excusa.
Cancelé la reservación, vacié la maleta, llamé a mi hija y le dije: no quiero exponerme a las molestias causadas por las múltiples revisiones que están haciendo en los aeropuertos, más cuando uno es negro, procedente de país tercermundista traficante de drogas; iría directo al cuartito, creo que me registrarían hasta donde nunca pega el sol, eso es demasiado, mejor espero a que las cosas se calmen para planficar de nuevo el viaje. Ya me estoy helando con estos doce grados centígrados, no creo que pueda tolerar más frío; esto último no lo dije, solo lo pensé.
Como mi hija dice que ni loca viene a este país, tendré que conformarme con ver a los nietos en los acostumbrados videos y fotos que mandan, mes a mes, y en las video llamadas por skype.
No niego (esto ya es por puro chingar) que alguna vez pensé en emigrar, pero al final decidí que no encontraría oficio en Londres (no es lo mismo escribir pajas en un país de tercer mundo que en uno de primer mundo). Para pasar unos días o unos meses, así sin paja, no tendría problemas; pero todos saben que las visitas se parecen a los muertos en que al tercer día ya apestan; por otro lado, vivir allá es demasiado caro (se dan cuenta como me contradigo). Lo contrario sucede con los jubilados gringos y europeos que vienen a invadir Guatemala; aquí por una mínima parte de lo que gastarían allá viven bien, comen bien, pasean bien, beben bien, hasta tienen sirvientas o guardespaldas; o sea, se convierten en gente bien.
El 31 lo pasé con los tíos del Jonás, ellos viven en ciudad San Cristobal. Nos tomamos unas copas y vimos el despliegue de luces en ciudad Peronia, la gente pobre también tiene dinero para quemar (para los que no saben, dicen que en ciudad Peronia vive gente pobre); aunque también ahí afectó la crisis, según los tios del Jonás el año pasado hubo más luces y menos ruido, en cambio ahora mucho ruido y pocas nueces; o sea que ya ni para fruta seca alcanzó, solo me comí unos deliciosos tamales de arroz, y me quedé a dormir.
El 1 de enero toda la familia del Jonás: tíos, hijos nietos y demás, se levantaron a ver El desfile de las rosas. Son originarios de Quetzaltenango y no se querían perder cuando pasaran los patojos de la banda del instituto Pedro Molina, quienes fueron a tocar allá; bien pilas esos chavos, calidá se miraban en la tele. Ellos hicieron los comentarios clásicos: que bueno que hayan puesto en alto el nombre de Guatemala. Sus palabras me hicieron recordar a la niña que decía que eso solo se lograria escribiéndolo en un barrilete.
De vuelta al centro histórico, he estado sin ganas de escribir y me la he pasado haraganeando. Quizá sea la fecha o la edad, dale otra vez con lo de viejito; en realidad no me siento así, pero cuando se reciben veinte correos spam en los que a uno le ofrecen Viagra, y otras pastillas similares, es para ponerse a pensar.
Debo decir que el 2009 fue un buen año, concreté algunos proyectos que redituaron bien (si se fijan ahí hay otra redundancia), otros que no tanto, pero que me hacen sentir como un escritor de verdá, hablo de mi librito, que no se vendió, pero que me sube el ego cuando pienso que tengo un libro publicado.
Jonás me contó que los niños de su iglesia están asustados por las profecías del 2012, no duermen y creen que el mundo se va a acabar, él no quiere matarles la ilusión, porque los güiritos tienen la ilusión (ven, creo que el año nuevo me ha puesto redundante) de ver cuando el mundo se termine, y les dice que nada terminará en el 2012.
Mientras eso llega, me dedicaré a vivir el 2010 de forma irrepetible (hasta ahora no lo he conseguido, porque me he estado repitiendo mucho); es fácil, si se piensa que todos los años son irrepetibles, y difícil, si se piensa que para no repetirse hay que leer y releer los textos, dejar la hueva y corregir.
Salú pue.
El tambo — Capítulo 4
-
—Joven, hágame el favor, por vida suya, ayúdeme a subir el tambo por la
puerta de atrás.
Un poco de esfuerzo y el tambo quedó acomodado. El brocha apurab...
Hace 11 años
6 comentarios:
Feliz año nuevo, maestro. Pues pa que vea, que a mi también me envían spam de Viagra y son una mujer de 45. Que tenga un buen año y pronto pueda ver a sus nietos, que solo en video no se vale. Un abrazo.
No estas viejo! (creo...) sólo eres abuelito, que es muy diferente. FELIZ AÑO!
Estimado hasta ahora me entero que tiene una hija en Londres... espero que me la presente aunquesea por Skype, talvez asi emparentamos pue!
Miss Trudy: Feliz año maestra. Es un patojona usté. Pues que el año sea bueno para todos.
Tereza: No estoy viejo, lo mío es puro pretexto para escribir mis pajas.
Ángel: Quién quita maestro, no hay que descartar nada en esta vida.
Salú pue.
Hola querido maestro. Yo también he estado medio alejada de la pantalla de la compu y más cerca de la pantalla de la tv.
También me estoy congelando...
En fin, solo vine a desearte un gran año, un irrepetible 2010.
En fin... apapachos, muchos y redundantes, repetitivos y, y, y pleonásmicos e hiperbólicos...
;o)
Nancy: Gracias por los buenos deseos, esperemos que así sea, que el año nuevo sea irrepetible para tí también.
Apapachos redudantes.
Salú pue.
Publicar un comentario