viernes, 4 de julio de 2008

De concursos literarios, reinas de pueblo y otros demonios…

El profe Pedrito, a pesar de que amaba los concursos literarios, detestaba los actos de investidura de la madrina de los juegos florales, denominada Musa, y aborrecía la salutación a la reina, especie de tortura literaria que coronaba los eventos.

Un año, en especial, la niña propuesta para ser la Musa era la hija del diputado del pueblo, ella
no tenía nada que envidiarle a la Miss Guatemala, excepto que apenas tenía trece años. Con un porte admirable y casi un metro ochenta de estatura y, por supuesto, suficientemente dotada, la niña aparentaba cuando menos 15 años, pero con el maquillaje que le pusieron las tías fácilmente daba la impresión de tener unos 18 o más.

Ese año fue el único que el profe Pedrito no ganó el certamen, resulta que un fuereño, jovencito él, de esos que se creen posmodernos, quien a duras penas llegaba a los veinte años, había sorprendido al jurado con una poesía diáfana y decadente. Se le dijo que tenía que llevar ya escrita la salutación a la reina, y el muchachito llevó un pergamino, en papel calco, impreso en computadora, simulando los trazos de la biblia de Gutemberg y cuyo texto parecía calcado de Rubén Darío, algo así como: Margarita, está linda la mar… en fin, un texto cursi y malo que contrastaba con la delirante poesía con la que había ganado.

El profe no podía imaginarse burla más grande, menos al ver la belleza de la Musa. El asunto es que el muchacho, al nada más conocer a la chica asumió que el texto no hacía justicia a su belleza y quizó hacer uno nuevo, porque, además, se enamoró, aunque de mala forma, de la chica.

Durante el día en que se les ofrecía un almuerzo a los ganadores y luego se les daba un pequeño tour por el pueblo, el patojo babeaba.

La niña, en realidad era muy niña, hacía lo imposible por quitárselo de encima, y el pobre muchacho no entendía los mensajes.

Ya en la noche, el famoso poeta declamó, de rodillas y con un hilo de voz que se quebraba, el poema que llevaba y mientras lo hacía casi lloraba. Aparte que se veía francamente ridículo, con jeans y una chaqueta de momostenango, el pelo rubio agarrado en una trenza y los tenis negros con figuras de calaveritas.

Para la apertura del baile era requerido que el poeta danzara noche de luna entre ruinas, acompañando a la beldad. El muchacho a duras penas lograba dar dos pasitos mal coordinados y temblaba, abrazándose a la niña, quien sonreía muy digna. Fueron muy pocos minutos de baile, pues, ante la insistencia del poeta por abrazar a la Musa, de pronto le fue arrebatada por el diputado, quien temía por la integridad de su hija.

El poeta se emborrachó y a media noche gritaba: Linda, yo me quedo aquí para esperar que crezcas, y otras sandeces por el estilo.

Ya a esa hora, tanto el profe como yo teníamos lástima por el chavo y sudábamos vergüenzas ajenas. Le tomamos de la mano y nos lo llevamos a la cantina El buen recuerdo, para que terminará de ponerse la borrachera de su vida.

Entre tragos y cigarritos, tanto el profe como yo, recordamos a otras musas de pueblo, no tan hermosas como la que obsesionaba al bardo, y convencimos al patojo que el mar estaba lleno de peces, patojas pues, y que ya, por favor, no llorara que nos estaba dejando muy mal parados a los poetas.

Al día siguiente lo metimos en la camioneta y no lo volvimos a ver por mucho tiempo.

Ayer me enteré que la primera novela de aquel escritor ha tenido gran aceptación, que escribe versos en un blog y que ha sido declarado non grato en varios pueblos. Resulta que después de conocer a Linda intentó robársela y, al parecer, trató de hacer lo mismo con otras reinas.

Yo no sé que pasa, tal vez sea de tanta mota que los patojos no razonen o es que aquí nadie se organiza; como diría un laureado escritor, cuyo nombre no voy a mencionar, porque luego dicen que uno les hace terrorismo literario.

3 comentarios:

Peter dijo...

Bastante divertida tu anécdota. =)

Fijate que siempre me he preguntado cómo es todo el mecanismo de ingreso para los Juegos Florales, tal vez me podás ayudar a aprender un poco más sobre ellos.

Alfonso Huerta dijo...

Jajajaja, bueno, creo que mientras los politicos sigan considerando el arte como un ornato, su reconocmiento sera siempre asi de acartonado y tambien nos queda la moraleja de que de los buenos sentimientos nace la mala literatura :P

Johan Bush Walls dijo...

Peter: Gracias por la lectura. Los juegos florales, usualmente, son convocados por las municipalidades de los pueblos, casi siempre los organizan para las fiestas de su feria titular. Entonces solo es de estar pendiente de la convocatoria y enviar los trabajos.

Alfonso: Gracias tambien por la visita, será acartonado y sin premio en metálico, eso es lo más triste.

Saludos pues