Me lo presentó la comadre, de inmediato nos llevamos bien, es muy leído el profe, autodidacta él, no se hace bolas, venera por igual a Borges y a Cortazar; pero la falta de pisto, como dice él, no le ha permitido leer a varios escritores modernos; le entra a todo, no se queja del Harry Potter, que leyó porque una alumna de básicos le prestó toda la colección; dice que es una historia bien bonita, que esa autora de plano se leyó a Tolkien y todo lo relacionado con las mitologías escandinava y anglo-sajona. Como es popular en el instituto, para su cumpleaños los patojos le regalan libros, bien amables ellos, siempre tratan de obsequiarle éxitos del momento; el año pasado, entre todos, le dieron la colección completa de Paulo Coelho; su opinión es que los libros tienen bonita portada, pero que al pelón ese no le va vestirse de negro. A los autores nacionales dice que no los ha leído, porque en tiempos de crisis hay que ser selectivo, además los libros ni llegan por allá.
El nombre Dennis evidencia su origen zacapaneco, aunque su acento remite a la vieja España; fue criado por la abuela, ella era vasca, pero se enamoró de un campesino y de las montañas, nunca volvió a la península; por eso sus padres la desheredaron. Así que el profe tampoco tuvo herencia, mucho retos si, sobre todo inteligencia, la suficiente para convertirse en maestro y erudito.
Mientras nos echábamos las cervezas, en la casa de la comadre, me contó de su viaje. Resulta que hace cinco años ganó un certamen de ensayo, organizado por una entidad venezolana, entonces lo invitaron para que fuera a recibir el premio. Imagínese Johan, dijo (no tutea, como buen patojo de pueblo, que respeta a sus mayores, él tendrá unos cuarenta y cinco años), yo parado ahí, en el Teresa Carreño, recibiendo el galardón, me sentía chiquitío, hasta se me salieron las lágrimas, pero que le digo a usted, si debe estar acostumbrado a esas ceremonias.
Me puse a pensar que la comadre había exagerado un poquitío cuando le habló de mi, por lo tanto le seguí el juego, total soy un pajero, además no quise desanimarlo, él creía que yo había ganado varios premios, quizá después alardearía de conocerme; inteligente si, pero también ingenuo el profe Dennis; si supiera que nunca he ganado ni un pequeño certamen de pueblo.
Después de unas cuantas chelitas, sacó de su maletín un libro, era la versión editada en Venezuela del ensayo ganador; como yo no tengo libros, para devolverle la cortesía le apunté en un papel la dirección del blog de cuentos pajeros.
El profe dio muestras de ser buen bebedor, en lo que yo me tomaba una, el iba con dos, y así sucesivamente; pero no perdía la compostura, ni cambiaba el carácter dicharachero y bromista. Aquí no me toman en serio Johan, dijo, mientras se inclinaba sobre la mesa, una vez me preguntaron, ahora que ya ganaste el ensayo, ¿cuándo te echás el de a deveras?” Chistes viejos por aquí, otros nuevos por allá, las horas de conversación se alargaban; medio pasado de cervezas prometí que leería su ensayo.
Como aquella pasamos varias tardes, demostró genuino interés en que los patojos se acerquen a la lectura, se quejaba de la falta de libros, del deterioro de la biblioteca, pues de los más de mil volúmenes originales ya solo quedaban unos doscientos, porque con el tiempo se los habían ido robando, que en un tiempo pedía donaciones, pero ahora ya ni eso, porque nadie tenía pisto. De todas formas, necio que es uno, planificamos iniciar un taller de poesía.
Llegado el momento de regresar a la capital, pasó a despedirse y me entregó el manuscrito de su novela. Púchica profe, también le entra a la novela, atiné a decirle.
Terminé de leer los libros del profe Dennis hace un par de días, me sorprendí dos veces. El ensayo está bien investigado, es ambicioso; analiza la herencia vasca obtenida de su abuela, haciendo contraste con la identidad chapina, concluye que no existe tal cosa; tiene la ventaja ser un texto que deja de lado el enfoque académico, acartonado, para ir en búsqueda de voz propia, es lectura agradable, a pesar de tener rescoldos barrocos, algo preciosista.
La novela es mejor, es de aquellas que cuando se leen termina uno diciendo, me hubiera gustado escribirla. La trama tiene elementos de magia, pero no es Asturias, quizá suene pretencioso, pero es una especie de reinvención, es fresca, debería publicarse.
Pensé en la autenticidad del profe, escribe porque tiene necesidad de hacerlo; perdido allá en su monte, le pela si lo publican o no, ni siquiera se molesta en buscar editores, recordé lo que dijo al respecto: para publicar en este paisito hay que besar algunos fondillos, eso no va conmigo; queda la opción de poner uno el pisto, con cinco mil quetzales sale regular la edición, luego hay que subirse a los buses y tratar de vender el libro, no vale la pena, igual escribo porque hay cosas que no puedo tener adentro.
Buena onda el profe, humilde, con su premio ganado en la república bolivariana de Venezuela, y su buena novela, él ocupa su tiempo pensando en como hacer para que treinta adolescentes campesinos se interesen por leer, al menos la infaltable María, de Jorge Isaacs.
Salú pue.
El tambo — Capítulo 4
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—Joven, hágame el favor, por vida suya, ayúdeme a subir el tambo por la
puerta de atrás.
Un poco de esfuerzo y el tambo quedó acomodado. El brocha apurab...
Hace 11 años
12 comentarios:
Interesante vos, a ver si te rolas una copia del ensayo!
No entiendí el final, es decir, pone a leer María de Jorge Isaacs?.. ((bored))..
Saludos Bush pajerazo
Filis: María, de Jorge Isaacs, mejor lo agregué, pero no es que él ponga a los patojos a leerla, es que al menos que lean ese libro. Algo es algo.
Salú maestra.
¿y él vive en zacapa o dónde?
ay don, se me había olvidado invitarlo a un blog, por qué no me escribe a
margarolapolaarrobagmailpuntocom
Confieso que únicamente leí las 5 primeras hojas de María. Ya para el exámen, copié jeje. Como dice la Filis, boring.
Qué interesante papá de las pajas. Habrán seguro tantos más así como él, como usted, como yo, que preferimos besar boquitas y no otras partes... eso de escribir por sacar lo que uno lleva dentro es la mejor forma de escribir, en mi opinión.
Abrazotes, muchos.
Si es buena la novela, tal vez usté se la publica por entregas en internet. Más de algún lector se enganchará. O se puede hacer un pdf.
Alfonso: No vive en Zacapa maestro.
Maggie: Le he tomado la invitación, por ahí la visito, será un placer.
Prosódica: Creo que esa es la literatura más auténtica, la que sirve para expresar y sacar lo que se lleva adentro.
José Joaquín: Que bueno verlo comentando por acá maestro anecdótico. Al "profe" no le interesa publicar, hablamos un poco al respecto, pero lo tiene claro, cada quien con su rollo. No pierda la sintonía.
Salú pue.
que hermoso personaje Maestro... esa intelectualidad humilde es realmente bella... Justo ayer leí un mensaje escrito sobre la silla de un Bus que decía: el conocimiento y la soberbia generan necedad. Pero el conocimiento y la humildad generan genialidad...
Bueno volver por acá...
Esa historia de la españolita desheredada me es familiar, cosas de la vida.
Ese profe debe ser especial para que lo chaqueteen tanto, salud por el.
No entiendo por qué no había leído este post, pero me gustó mucho. Y bueee, qué te puedo decir yo, debe haber mucha gente como él perdida a saber dónde. ¿Cuándo ganó ese certamen? ¿Cómo se llama el premio? En cuanto a ti, no has ganado premios porque no has participado en certámenes, porque la verdá la verdá material tienes de sobra. Para muestra un botón: el de la abuelita asesina ;)
Apapachos
Yacasi: La sabiduría popular suele ser muy sabia. Muchas veces se encuentran verdaderas joyas en el respaldo de los buses o en las paredes. Todo es cuestión de sentido común. Y si, que bueno verlo por acá.
Alecksya: A la gente humilde es fácil tenerle simpatía. ¿No me digas que te desheredaron por un amor?.
Nancy: La abuelita asesina ha pasado a ser un clásico de la literatura pajera, Estiven Espíritu me lo ha pedido para adaptarlo al cine.
Salú pue.
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