lunes, 26 de diciembre de 2011

Me gané un pavo, o de cómo llegué a convertirme en chef por un día.

La suerte se manifiesta de maneras misteriosas: si se busca no se encuentra, si no se busca tampoco llega, y si se espera hay que hacerlo sentado; pero hay días en los que llega en forma de pequeñas cosas, como el otro día, cuando me gané un pavo. Así fue maestros y maestras, me gané un pavo en una rifa de centro comercial, unos pocos días antes de navidad.

No soy de participar en rifas, ni nada por el estilo, menos en los centros comerciales, porque la mayoría de las veces hay que llenar una boleta en la que piden número de teléfono y dirección, y luego empiezan a llamarlo a uno para ofrecerle productos de todo tipo, y esos vendedores sí que son bien necios.

El rollo es que en el sorteo del que les hablo solo había que meter un número en una cajita y esperar un rato, y ¡zas! que me gané el pavo.

Como nunca me animé a comprar el carrito, no por tacaño, es porque el tráfico en esta ciudad es de locos y se pierde mucho tiempo yendo de un lado para otro; en cambio en el Transmetro, o en el Transurbano, aunque se viaje amontonado, y de repente se suban a asaltar, uno camina más rápido; pajas que me doy, sé que finalmente voy a comprar ese carro, porque ya el transporte público es inaguantable, y los taxis muy caros. La cosa es que ahí iba yo para la casa, en camioneta, cargando el pavo que me gané.

Cuando la suerte está echada nadie se escapa de ella, ganarme ese pavo me acarreó más problemas que otra cosa. Qué iba yo a hacer con un pollo gigante, apenas tengo un mini-refrigerador, por lo que tuve que decirle al chavo de la tienda que me lo guardara, mientras decidía qué hacer con el ave.

El señor obra de maneras misteriosas, en este caso fue una señora, en realidad una amiga, gran amiga ella, que me invitó a comer a su casa, en los días previos a navidá. Ahí está dije yo, le doy el pavo y que ella lo cocine; pero resultó que antes de yo preguntar algo me soltó que el plato fuerte del menú era pavo, y que ya todo estaba listo, que le daría gusto que yo fuera, y que no me preocupara por llevar nada, porque solo quería que los invitados llegaran a comer. Bien linda ella, buenísima onda. Y bueno, yo seguía con el dilema del pavo.

La cena donde mi amiga estuvo muy chilera, bien rico todo, ella es excelente anfitriona; buena compañía y buena comida. La cosa es que llegado el momento de comer, puso en el centro de la mesa un pavo que pedía a gritos ser trinchado, comido pues.

Viendo el pavo estaba, tan bien cocinado, con un color que lo hacía ver en su punto, montado sobre una cama de lechugas, y acompañado de puré de papa, cuando llegó la epifanía. Ese pavo lo puedo cocinar yo, dije dentro de mi cabeza, y me lo repetí: simón pastel, ese pavo lo hago yo, no se mira complicado, yo lo hago, me dejo de llamar Johan si no lo cocino (aquí vale la pena aclarar que yo jamás he cocinado nada, si mucho preparo huevos y caliento frijoles); y le pedí la receta a mi amiga, pero le pedí que me la escribiera, como quien escribe un cuento, como quien le enseña a un tonto a construir un cohete espacial, con todos los detalles del mundo, para que no hubiera posibilidad de echarlo a perder; y ella, más linda que nunca, accedió. Al otro día tenía en el correo el paso a paso para cocinar un pavo; claro que tuvo que aguantarse la llamadera por teléfono, porque la estuve llamando cada vez que surgieron las dudas.

Para completar los ingredientes tuve que visitar tres supermercados y cinco tiendas, solo me fue imposible conseguir dos cubos de caldo de gallina, pero los sustituí con consomé de pollo, lo demás lo encontré, y me decidí a cocinar el pavo para la cena de navidad, y así poder alimentar a unos cuantos comensales que invité a comer.

No les voy a contar todo el proceso de la cocinada, pero sí les cuento que me vi muy diestro en la cocina. Ahí estaba yo, armado con cuchillo y guantes desechables, picando tomates, picando chiles pimientos, cortando puerro en rodajas, y sobando al pavo en todas sus partecitas; hasta me conseguí una gran olla para meterlo, me la prestó la doñita que me alquila el apartamento. 

Lo cociné en mi estufita y el horneado final lo hice en el horno de la panadería de la esquina. 

Para la salsa hice otro préstamo, una licuadora ruidosa a más no poder, de esas Oster que ya no se fabrican, pero que licúan como ninguna.

Llegado el momento de comer, no pude servir el pavo como el de mi amiga, porque se me olvidó amarrarlo y el proceso de cocción lo partió en dos; pero el sabor estaba inigualable, por lo que unas doñitas que se apuntaron a la comilona decidieron que era mejor cortarlo y servirlo.

El pavo fue un éxito, yo quedé como un gran chef, uno que tuvo suerte de principiante, al que le salió un pavo muy rico, y con el que nadie se indigestó. Ni los huesos quedaron del pajarraco.

Ahora voy a ponerme un poco cursi, la suerte no fue haber ganado el pavo, la suerte fue haber pasado un rato agradable con los vecinos, culpa del pavo que me gané en el centro comercial.

Salú pue.

martes, 23 de noviembre de 2010

Señales de vida desde al más acá

Con feisbuk o sin feisbuk la vida sigue, y yo sigo vivito y coleando, aunque no lo crean. Lo que pasa es que estoy tratando de tomarme un añito sabático, pero ya me di cuenta de que no resulta, porque en Guatemala también se trabaja los sábados, más bien será un año dominguero (lero, lero), por eso no estoy escribiendo con regularidad, pero algún día volveré a las andadas y desandadas.

Por el momento les comparto este textín, que me pareció chilerón, lo escribió un patojo que anda necio con que le enseñe el arte del periodismo escrito, pero solo me hago el loco y no le enseño nada, porque yo no sé nada de ese rollo, ni de ningún otro, aunque por años haya tenido un taller literario.

La cosa es que el patojo se la lleva de periodista, lean y verán que no tiene nada que envidiarle a los que escriben en los medios de circulación masiva, ahí va la nota.

El ARCA de la Esperanza 2012
Algunas fuentes informan que después de ver la película “2012” el presidente dijo en voz alta, con esa voz nasal y con el particular acento en el que sobresale el sonido de las “jotas”: “Me recuerda mis últimos informes de gobierno”. Otras fuentes dicen que no vio la película, que fue porque estuvo gogleando en la noche, cuando su brujer se fue a dormir y por fin lo dejó tranquilo. Lo cierto es que el relacionista público de la presidencia filtró la noticia a los medios, la que ha corrido como reguero de pólvora, el boletín indica que el Estado de: “Guatebalas, cohetillos y bombas de feria”, decidió construir el ARCA para el 2012; agrega el documento que el presidente se sintió horrorizado porque la profecía dice que habrá un desplazamiento de la corteza terrestre y, guiado por la estrechez de su corteza cerebral, tomó la decisión.

El AJCA, como cariñosamente ya le llama el presidente, que significa según él mismo comenta: ARCA JANANA CONSTRUIDA ARTESANALMENTE, tendrá distintas áreas: una exclusiva para políticos prominentes, denominada sector 12. Otra estará dedicada a la gastronomía nacional, ahí se instalará una gran piedra de moler, rodeada de ollas de barro de Chinautla y la foto de Don Fede al fondo. Habrá platillos típicos, listos para consumir, y empacados al vacío; fiambre; costilla en recado de habas; y los dulces de doña Luisa Xicotencatl.

El área dispuesta para las "chamuscas" futboleras tendrá la forma de una Gallo bien fría, uno de los patrocinadores oficiales; será reforzada en la parte de arriba, por si llegan a entrar al arca futbolistas del calibre de “El Pando” Ramírez, los constructores temen que, como siempre le apunta para arriba, pueda dañar la estructura herméticamente sellada de la nave.

El área de abastecimientos será un espacio inmenso, bautizado provisionalmente con el creativo nombre de: "Comedor Solidario", estará identificado con un rótulo estampado en una manta vinílica, porque el presupuesto no alcanza para una “Gigantografía”. Si por algún motivo se diera un cambio de gobierno, el nombre será sustituido por: “Fusiles a las maras y frijolito de diciembre”. El tema fue discutido en las altas esferas del gobierno, quienes se encuentran preocupados por el color anaranjado, más conocido como el color de la sangre lavada después del enfrentamiento armado; se han dispuesto cientos de botes de pintura de tal color, por si acaso es necesario repintar la Nave, todo en concordancia a las estrategias camaleónicas, bastante populares en el país de la Eterna timadera.

El área de espectáculos tendrá conciertos de marimba pura, chirimía, Tun y Saxofón de Fidel Funes, aunque a él se le conozca por ser marimbero. La escuela de danza de Zoe Valdez casi tiene un boleto asegurado en el arca, para interpretar el baile del Gay moro, bailando en tubo; además del show de sanación, y otros trucos actuados por el gran imitador de Jesús, Cash Luna.

Otro de los entretenimientos a bordo será el show de Mónica Sarmientos, en donde se le verá cachimbeando, a puro violinazo, a don Cheyo, doña Rome y a Nelson Leal.

Se tiene planeado instalar miles de cafeteras y cientos de toneles, para que en el momento en que se declare: “¡Estamos salvados!”, pueda brindarse con el mejor café del mundo y la única cusha con muñeco.

No se sabe cuál será la ubicación exacta del arca. Posiblemente sea construida para que repose provisionalmente sobre las aguas del lago de Amatitlán.

Por otro lado, para darle seguimiento a la catástrofe, se tiene planeado colocar cámaras en los lugares más altos de la ciudad, como la Torre del Reformador, y aumentar el tamaño del árbol Gallo.

El brujo chamán de la boca del monte, especialista en temas mayenses, pronosticó que el cataclismo será el 21 de diciembre de 2012. Todos los partidos y candidatos a presidente están felices, porque, de ganar las elecciones, no tendrían que elaborar un programa de gobierno para cuatro años, pues con preparar un plan de los cien días estarían cubiertos.

El único temor del presidente es que el proyecto depende de la decisión del Congreso de la República, puesto que si el presupuesto del 2011 no es aprobado, el futuro del ARCA, o AJCA, quedaría comprometido, y de no ser reelecto el gobierno actual, la inversión en pintura y el tiempo de mano de obra retrasaría la construcción y acabados. Sin embargo, el Congreso ya abrió un fideicomiso, en un banco seguro, por si acaso hay que sobornar a alguien para tener acceso al ARCA.

Algunos diputados, más osados, están proponiendo que el nuevo edificio del Congreso de la República se construya en forma de ARCA, en la cima del cerro Alux; en ese caso, el problema sería para CONAP, pues tendría que invertir más recursos, para proteger al montón de animales que cohabitaría con los ya existentes en esa área protegida.

Otro tema que queda pendiente en agenda es el reforzamiento del control del RENAP, pues se teme que una gran cantidad de extranjeros, quienes han obtenido su cédula a base de contribuir para la feria de algún pueblo, puedan tener acceso al arca en detrimento de los connacionales.

La nota termina ahí, el patojo no quiso que le pusiera nombre, ni seudónimo, porque dice que no quiere quemarse, como todavía está aprendiendo.

Yo me desaparezco otros días, o quizá no, como ya saben soy un pajero y, ya lo dijo la Chimultrufia: Como digo una cosa digo otra.

Salú pue.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El transmetro, el transurbano, los buses rojos se extinguen, cambios en el centro histórico, mudanzas obligadas; todas aventuras urbanas de un viejo.

El centro histórico ha cambiado mucho en el último mes, principalmente porque de la sexta avenida ya no queda nada. Uno extraña esas cosas, las ventas digo, no es que me la pasara comprando todo el tiempo, pero saber que estaban ahí era un alivio, porque siempre que necesitaba algo solo daba unos pasos hacia la sexta y lo compraba; ahora hay que caminar hasta El Amate.

Pero es cuestión de acostumbrarse, a estas alturas ya me aprendí las nuevas rutas del trasporte urbano y he estado utilizando el Transmetro; si voy de prisa pues consigo un taxi, como dicen los brochas. El rollo no ha sido fácil, más porque soy un tipo acomodado a la rutina, aunque también soy de los que aprenden de las experiencias. Por ejemplo, el otro día me subí al Transmetro expreso, el que solo para en el Trébol y luego se va directo hasta el Cenma, me tocó que dar la vuelta completa, pero les aseguro que eso no vuelve a sucederme. Supongo que para entrar a la modernidad hay que sufrir un poco, la ciudad está pariendo la nueva era; eso sí, dios me libre de la posmodernidad, mejor ser viejo pasado de moda que patojo posmoderno.

Como soy rebelde y no me gusta hacer colas, menos ponerme a dar todos mis datos, no compré la tarjeta del Transurbano (miren pue, que chilero, ahora tenemos Transmetro y Transurbano), por lo que he seguido utilizando los buses rojos; pero las rutas han cambiado, o sea que un día de estos me veré obligado a conseguir una de esas tarjetitas, igual habrá gente que las estará revendiendo, o algún otro que la alquile, y no faltará quien quiera dejarla en garantía, diciendo: Mire usté, le dejo mi tarjeta, tiene Q8.00 todavía, deme Q5.00 y es suya.

Pero no solo la ciudad ha cambiado, también la blogósfera, ahora hay menos mara que anda fregando al prójimo y se quedaron publicando algunos pocos, nada más, los necios diría yo, o para decirlo más elegante, los que tenemos algo que decir (yo el pretencioso). Parece que la onda blog está extinguiéndose, aunque siempre surge uno que otro experimento grupal, gente que se toma muy en serio sus bitácoras. Yo soy un dinosaurio, pero a diferencia de mis antepasados, no me extingo, me adapto (otra vez yo el pretencioso).

El caso es que los cambios no paran, lo digo pues estoy inmerso en su vorágine (ya ven, también echo mano de los lugares más comunes). Verán, luego de las diferentes tormentas, de arena, de agua, y de más agua, el techo de la casa demostró su fragilidad. Algunas de las vigas, todas muy viejas, se desplazaron, lo que provocó que se abrieran unas cuantas goteras, luego otras, y otras, por lo que se hizo imposible seguir así, era como estar bajo la ducha todo el tiempo.

Resulta que la dueña de la casa tenía varios meses de estar solicitando autorización para remodelarla, y hace unas tres semanas, finalmente, le dieron el permiso. Papel en mano, se asomó a la puerta de cada uno de los inquilinos y nos dijo: Calabaza, calabaza, tenemos que desocupar la casa. Así es que desde entonces ando como judío herrante (no vayan a pensar que me confundí, es que tengo un cuate que se dedica a hacer puertas y balcones de metal y además es judío; el caso es que como no paga la renta tiene que andar de arriba para abajo a cada rato, y ya saben lo que dicen, herrar es de herreros), buscando en dónde meter mis escasas cositas y mis muchas mañas.

La primera semana estuve en San Lucas, pues la casa que me pusieron a cuidar para semana santa estaba libre, y mi amiga, tan linda ella, me la prestó; pero como soy un malagradecido, luego me aburrí del canto de los pájaros y mis pulmones comenzaron a extrañar el smog.

Hablé con el Adán, pero anda de padre y esposo fiel (no en la misma familia), buena onda aquel, pero no pudo darme posada. Para mi fortuna la gringa que el Beto se había conseguido se regresó a los USA, por lo que me dijo que en su casa había espacio. Como no soy un gorrón le dije que podía pagarle, que solo sería por unos días, en lo que encontraba un apartamento, otra vez, en la zona 1.

Hace unos días me mudé a uno que encontré cerca de la 17 calle. Está bien calidá, pero no sé si voy a estar mucho tiempo por ahí, todo es asunto de adaptarme al lugar.

Ya ven pue, sigo por estos lares, publicando de vez en cuando. Como dije, yo no desaparezco, me adapto, cosa que es paja, porque mientras todos se han mudado al feisbuk y al mentado tuiter; yo sigo bloguiando.

Salú pue.

jueves, 22 de julio de 2010

No iba para la feria, pero fui y, de nuevo, no me gustó; pero fui testigo del exabrupto de una diva

La feria del libro, la FILGUA, los puestos de venta de libros que ponen en el Parque de la Industria; las áreas que preparan para que poetas, poetos, escritoras y escritores echen el párrafo y la lectura; todo eso podría ser bien bonito, bien lindo, bien chilero pues; aunque quizá lo es, de repente lo que sucede es que, finalmente, la vejez ha hecho que pierda el gusto por las cosas que antes me gustaban, como diría Cantinflas. El caso es que esta vez, otra vez, dije que no iría a la feria, porque no estaba interesado en ir a ver más de lo mismo: libros caros y malos, lecturas repetidas, con la misma gente de siempre digo; y ¿saben qué?, si fui.

Venía del Trébol, en una camioneta de las que antes de llegar a la zona 1 pasan por la terminal. Cuando agarró la avenida La castellana reparé en que por ahí queda el Parque de la Industria, entonces me acordé de la feria; lo único que tenía que hacer era bajarme del bus, caminar una cuadra, pagar mis Q5.00 de la entrada y estaría en la feria del libro; entonces así lo hice; al rato ya andaba dando vueltas entre los puestos.

Por ahí me encontré con un cuatacho, aquel es buena onda, y muy famoso, por lo que todo mundo llega a saludarlo; además es muy políticamente correcto y tolerante, hace bien, pero eso mismo no le permite decir no cuando lo invitan a cualquier actividad, de ahí que me invitó a que lo acompañara a una lectura de poesía, a la que él había sido invitado minutos antes.

Entramos a un saloncito, ahí estaban unas poetas, cuatro eran ellas, sentadas en unos taburetes, descalzas, habían puesto unos petates para que quien quisiera se sentara cerca de ellas, y los que no, se podían sentar atrasito, siempre en el suelo. Se pusieron a leer su poesía, en turnos, sus textos eran alusivos a los cuatro elementos, así dijeron, bien lindas ellas. Escuché durante unos minutos, luego decidí que era suficiente, no quise seguir escuchando mala poesía leída por mujeres feas; no es cierto, hubiera querido elaborar esa frase, pero la poesía no era mala y ellas eran bonitas. Me salí de la lectura, mi cuate se quedó, él es un tipo muy considerado.

Me puse a husmear entre los stands, muchos libros, poca literatura, lo primero que uno se encuentra es el puesto en el que venden los libros en miniatura, como dice una mi amiga, bien guapa ella: los libros más pequeños del mundo son un éxito en Guatemala, una metáfora del tamaño de nuestra esperanza de salir del neolítico. Yo agregaría, que están justo al tamaño de nuestra cultura, me incluyo.

Me llamó la atención un cajero automático, me acerqué a verlo y ¿saben qué?, estaba abierto, o sea, el compartimiento en el que meten los billetes en cajitas, estaba abierto, como que lo habían forzado, la mara no le atina, se bailaron el dinero del cajero en plena feria del libro.

Más adelante encontré otros saloncitos, en el primero estaban haciendo la presentación de un libro. Un tipo estaba entrevistando a la autora, su técnica era bien chilera, denotaba una preparación tremenda, leía un párrafo del libro y la última frase la pronunciaba en forma de pregunta; la escritora se le quedaba viendo, al principio, y respondía con monosílabos; dos o tres preguntas después sucedió algo raro. Resulta que el tipo seguía preguntando, pero ella ya no respondió, ni siquiera volteaba a mirarlo, se quedó como indignada, fue una cosa muy extraña, ella parecía ofendida; entonces el entrevistador se puso a responder él mismo las preguntas, la autora no hace comentarios, decía. Fue muy extraño aquello, el entrevistador se esforzó por seguir con la entrevista, fue tolerante con la autora, pero tuvo que dar por terminado aquel acto infame ante la negativa de ella a responder.

Fue muy ridículo. No sé si es que ella trató de hacer quedar mal al entrevistador, como diciendo, no vale la pena que responda preguntas estúpidas; pero para mí que ella fue la quedó mal; a la gente no le gustó y varios se levantaron y se fueron, en ese momento ella retomó la compostura y se decidió a hablar; pero mejor se hubiera quedado callada. No conozco a la escritora, ni me preocupé por preguntar quién era, pero me parece que era una diva de las letras.

Di un par de vueltas más, por ahí me encontré a la famosa espía rusa Mayakuska, conversamos un rato y después nos despedimos; el cuatacho del principio apareció por ahí, luego volvió a desaparecer, también Mayakuska desapareció, sin sentirlo me quedé solo y mejor me fui.

La feria es lo mismo de siempre, otra vez me quedé sin ganas de volver, lo único bueno fue que compré una mi libra de café artesanal, que un poeta estaba vendiendo, él tiene un su stand en la feria, y entre piedras, revistas y libros, también vende café que él cultiva y muele en forma artesanal.

Salú pue.

lunes, 28 de junio de 2010

Los escritores y el fútbol, y de cómo su muerte puede influir en el resultado de la copa del mundo

Dicen los que saben, o los que creen saber, que el verdadero mundial empieza en los octavos de final. Claro que eso lo afirman aquellos comentaristas que narran, cuando un jugador le pasa la pelota a otro y este se la devuelve, más o menos así: Recepcionó el balón con buena técnica, pero la devolucionó fatal; son chistosos, ¿verdá? El caso es que el mundial inicia desde el mismo partido inaugural, no hay que darle más vueltas al asunto.

Como ven, no me pude abstraer del futbolito, el que debo confesar me gusta mucho; pero siempre lo relaciono con la literatura, y en estos tiempos esa relación se ha vuelto fundamental, al grado que se puede determinar quién puede ganar el campeonato mundial si se pone atención a lo que sucede en el mundo de las letras.

No lo descubrí solito, fue un hallazgo que hicimos entre el maestro Chepito King, más conocido como José Joaquín López, todo sucedió un día que estábamos chateando; voy a tratar de contarles el rollo, reproduciendo algunas líneas de la conversación.

Johan: ¿Qué pasó maestro, cómo le va?

Chepito: Bien, todo tranquilo, y usté ¿qué cuenta?

Johan: Nada nuevo, solo que se están muriendo los escritores, de dos en dos.

Chepito: Si, pero estuvo bueno, se muere Saramago y Portugal golea 7 a 0.

Johan: Mire que coincidencia, se muere Monsivais y México clasifica a octavos de final.

Chepito: Además le gano a Francia.

Johan: Quiere decir que para que Brasil sea campeón se tendría que morir Rubem Fonseca.

Chepito: A mí se me hace que si no se muere Sábato Argentina no es campeón.

Johan: Cierto, Sábato ya está viejito. Yo estaba pensando en que podía morirse Juan Gelman, para que Argentina llegara a semifinales, al menos; pero tiene razón, si se muere Sábato podrían ser campeones, siempre y cuando no se muera Rubem Fonseca, porque entonces si estaría reñido.

Chepito: O sea que puede haber final Brasil - Argentina, vio. Así que el autor que se muera dará la pauta de quién ganará.

Johan: Depende, entonces, de la salú de los escritores.

Chepito: Así es el fútbol, "no hay nada escrito", dicen los locutores.

Johan: Ahora que lo analizo, Uruguay también tiene posibilidades, ellos tienen a Eduardo Galeano, quien también ya está viejito, con el agregado de que sabe mucho de fútbol.

Chepito: “!Muerte a Galeano¡”, gritan los hinchas uruguayos.

Johan: Ya vio, por eso Guatemala ni siquiera clasifica, por falta de buenos escritores.
Chepito: Cierto, mire pues, quién iba a decirlo, la literatura es decisiva en el fútbol.

Johan: Comprobado.

Así seguimos por un buen rato, analizando las posibilidades de los equipos. El Maestro Chepito opinó que el Vasco Aguirre le iba a dar una manita a Argentina, para que pasara a cuartos, todo porque, según él, insistiría en seguir poniendo de titular al Guille Franco, y guardando a
Guardado. Para mí que la decisión de Aguirre tienen que ver con la personalidad, prefiere un Franco que un Guardado; aunque al final debe haber sucedido que Guardado le dijo, pienso yo: Mira Vasco, te lo digo francamente, a mí no me gusta quedarme guardado en la banca, o me pones o te toca el ocho; y resultó, porque lo terminó poniendo de titular, pero ya en el campo se notó que igual el fútbol lo dejó guardado.

Volviendo al rollo de los escritores, fíjense pue: México no tenía mayores posibilidades de pasar a cuartos, tendrían que haberse muerto antes del partido al menos tres escritores más, quizá Carlos Fuentes, Sergio Pitol, y ya de perdida Juan Villoro.

Alemania sigue avanzando, pero sus posibilidades reales de salir campeón tienen que ver con Herta Müller, pero ella todavía está muy joven, aparte de que le acaban de dar el Nobel, o sea que no llegarán más allá de cuartos; y aunque ella es de origen rumano, ya ven que en la selección alemana hay más extranjeros que alemanes.

Para que España gane se tendrían que morir todos los escritores que publican en Planeta, la editorial digo, aunque si mucho les alcanzaría para llegar a cuartos.

Inglaterra no clasificó, no recuerdo algún escritor de peso de por aquellos lares y Harold Pinter se murió en el 2008, su muerte ya no hizo efecto en Sudáfrica.

De los otros favoritos, a Holanda no le veo posibilidades, aunque también es cierto que no he leído escritores holandeses; de repente no tienen buenos escritores, quizá por eso nunca ganan la copa del mundo. En fin, que gran rollo este.

Para terminar debo decir que los portugueses aprovecharon mal la muerte de Saramago, porque se gastaron todos los goles contra los coreanos, hubieran anotado de dos en dos mejor.

Salú pue.

miércoles, 23 de junio de 2010

Me duele la muerte de los inmortales

La semana pasada se murieron dos escritores y a mí no me gusta que se mueran los escritores; no es que la demás gente se pueda morir, en realidad no me gusta que se muera nadie, pero cuando se trata de alguien que escribe me da una especie de dolor muy doloroso. Es que son tan pocos los que tienen la sensibilidad para decir las cosas por escrito, que cuando alguno se muere queda el vacío, valga el lugar común.

Primero se fue Saramago, con quien nunca he tenido una buena relación, me refiero a sus libros, porque a él apenas lo he visto en fotos. Hace años vino a Guatemala, a presentar un libro, fue allá en Antigua, se sentó frente al público y dijo: Les presento mi libro; bueno, no fue así, lo cierto es que ni siquiera fui a ese acto, no me interesaba conocerlo; bueno, no fue eso, no recuerdo el motivo, debe haber sido que me dio hueva, es lo más seguro.

Nunca he podido leer un libro completo de Saramago, su prosa me parece fría, ¿tendrá que ver con que me gusta meter los libros al refrigerador antes de leerlos? Es paja, no hago eso, cómo se les ocurre; pero como me dijo un cuate: Si antes te parecían fríos sus textos, ahora lo serán más, pues él ya está frío, la mara no le atina. Quizá esa frialdad se deba a la traducción, pero Saramago tuvo la culpa, porque siempre puso a su esposa a que le tradujera.

No tiene importancia que a mí no me gusten los libros de Saramago, les juro que intenté leer varios, tres de ellos los dejé a la mitá, o sea que en mi intento, de tres leí uno y medio. El caso es que el viejo era y seguirá siendo venerado por muchos, y nadie podrá escribir como él.

Todavía estaba uno conversando acerca de la muerte del portugués, cuando llegó la noticia de la muerte de Carlos Monsivais, no me gusta que se mueran los escritores, ya lo dije, pero me gustó menos que se muriera Carlos Monsivais, no puede ser, dos en fila, eso ya es demasiado.

A Monsivais si lo vi una vez en persona, en la feria del libro, el tipo habló y habló de la cultura mexicana y de cómo José Alfredo Jiménez era el papá de la cultura pop mexicana, y recitaba todas las canciones de José Alfredo; y mencionaba un autor cualquiera, y recitaba poemas y textos del aludido; y luego alguien del público le dijo que no era así, que el papá de la cultura pop era Juan Gabriel, y Monsivais, de forma muy amable, lo refutó, diciéndole que el Juanga también era bueno, pero que por favor no fuera tan estúpido de compararlo con José Alfredo; claro que él no lo dijo así, esa fue mi interpretación; la cosa es que era tal la forma de responder que al final eso fue lo que le dijo al preguntón, en otras palabras eso sí.

Fue la única vez que lo escuché hablar en persona, pero lo vi muchas veces cuando lo entrevistaban en la televisión mexicana. Tenía tal erudición para la cultura popular, una vez lo escuché hablando de la lucha libre y los luchadores y explicó por qué han influido tanto en los mexicanos.

No tenía la densidad de Octavio Paz y su Laberinto de la soledad, pero era un sabio ese viejo, Monsivais digo, Paz también, pero ahora hablo de Monsivais; se murió y no lo podía creer cuando me lo contaron, no porque el tipo haya sido un inmortal, no lo podía creer porque apenas hace un día se había ido Saramago y, repito, no me gusta que se mueran los escritores, menos los de ese calibre, nadie ocupará esos lugares, nadie.

No quiero ser malo, pero si tiene que morirse un tercero, que sea Dan Brown, Coelho, J.K. Rowling, o algún otro de esa calaña.

En paz descansen Saramago y Monsivais.

Salú pue.

jueves, 10 de junio de 2010

Después de la tormenta limpiamos y escuchamos a Sergio Mendes, algo así como los locos de la colina

Hace unos días, cuando todo mundo andaba diciendo que el Apocalipsis había llegado a Guatemala yo dije Naaaaa, y tenía razón, no sobrevino el final, pero casi. Llovió arena y agua maestros y maestras; se abrió un agujero, en la zona 2, que se tragó una casa entera; las calles de la ciudad quedaron negras y varias de las principales carreteras del país se destruyeron; muchos puentes se cayeron, fue tremendo desastre. Casi quince días después de que el Pacaya y Agatha hicieran de las suyas, la gente todavía anda medio surumba, esquivando volcanes de arena en las calles, aunque lentamente todo va volviendo a la normalidad.

Después se hizo una calma chicha (así le dicen los marinos), no se movía ni una hoja, entonces los vecinos decidieron poner manos a la obra en la limpieza y me involucraron en el rollo; a la dueña de la casa, su hija, yerno y demás familiares, les entró la conciencia y ni modo que me hiciera el loco con la arena; por otro lado, las láminas del techo podían desplomarse, por el peso.

El domingo después del paso de Agatha el clima todavía amaneció medio raro, pero la gente estaba animada, quizá felices de estar vivos. Se subieron a limpiar los techos, llenaron un montón de bolsas, como eran de plástico, como las que se utilizan para la basura, varias se rompieron al cargarlas; pesa mucho esa arena, a saber qué cantidad de metales tiene, ahora entiendo por qué le quieren sacar el hierro y dejar desnudas las playas.

Un vecino trajo su equipo de sonido, para alegrar lo que parecía una fiesta de la buena vecindad, la dueña de la casa se entusiasmó tanto que hasta fue a comprar chorizos y se puso a asarlos en una churrasquera chiquitía. Me acordé que tenía un disco de Sergio Mendes, que me pareció como anillo al dedo, ya saben, esa música es easy listening —como ahora está la moda de andar poniendo expresiones en inglés— animada y las voces de las chicas son dulces y se meten en la cabeza; además, la Bossa hace que uno quiera moverse. Le di el disco al DJ y lo puso, aunque antes lo revisó como quien mira algo viejo, no a mí, al disco, ya ven que ahora todos utilizan Ipod y esas cositas USB. Mais que nada empezó a sonar, los patojos la identificaron como algo que canta un grupo moderno, dijeron el nombre, pero no les puse atención.

Con música, chelitas y compañía, la limpieza parecía más una fiesta callejera que la reacción a un desastre o una emergencia. Algunas de las canciones gustaron más a los patojos, otras dijeron que eran para viejos. La que de verdá pegó fue Fool On The Hill, la vieja canción de Los Beatles, que Sergio Mendes convirtió en Bossa Nova. La versión original habla de un loco que oye voces y nadie lo quiere, un poco tétrica, pero a ritmo de Bossa, voces de chicas a las que uno se imagina en bikini y abrazando una guitarra, resulta relajante; aunque el hombre en la colina siga viendo como el mundo gira y escuchando voces que a saber de dónde vienen; ya me puse filosófico.

La música quedó perfecta para el nublado día, las cervezas y las tortillas con chorizo hicieron juego con la falsa playa. La mara le dio duro a la limpieza, yo también, no crean que soy gorrón; al rato estábamos como que nada hubiera pasado, maquillaje para un día post-desastre.

Salú pue.